MADRID, 1 Mar. (EUROPA PRESS) -
Las novedades terapéuticas vinculadas con los inhibidores de tirosina cinasa (ITC) ofrecen esperanza a los pacientes refractarios o intolerantes con leucemia mieloide crónica (LMC), según se ha concluido en el VI Simposio Anual del Grupo Español de Leucemia Mieloide Crónica (GELMC), grupo cooperativo de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH).
Los coordinadores de esta jornada han sido Guillermo Ortí, del Hospital Universitario Vall d'Hebron de Barcelona; Santiago Osorio, del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid, y Ruth Stuckey, del Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín de Las Palmas. Asimismo, han intervenido hematólogos de
prestigio internacional, como Jeffrey Lipton, Elias Jabbour, Rüdiger Hehlmann y Simona Soverini.
Durante el encuentro, los expertos han destacado el protagonismo de la biología y la clínica en el manejo de la LMC. Según Guillermo Ortí, la genética tiene una función destacada en la patogénesis de la LMC, especialmente el gen de fusión BCR-ABL1. De igual manera, han ensalzado los avances en la aplicación de Next Generation
Sequencing (NGS), que hace posible la secuenciación de múltiples genes simultáneamente.
En este sentido, la investigación básica es fundamental para conocer mejor los mecanismos de la enfermedad, con lo que el tratamiento puede ser dirigido a cada persona. La SEHH indica que el panorama actual incluye cinco ITC comercializados pero se prevé que haya más ITC disponibles en un futuro cercano. Por otra parte, hay otros ITC en fase de desarrollo clínico precoz, cuyos datos de respuesta y toxicidad son "prometedores", como han definido los moderadores del simposio.
"Todo esto significa que en un futuro vamos a tener más opciones terapéuticas para la LMC, lo cual va a ser especialmente útil para los pacientes refractarios o intolerantes", han asegurado.
Durante la fase blástica de la leucemia mieloide crónica se produce una progresión de la enfermedad a una leucemia aguda, condicionando esto el pronóstico del paciente comparado con la fase crónica. Como resultado de la progresión clonal de la patología, en la fase blástica se asocian anomalías cromosómicas y mutaciones en
la hematopoyesis. En pacientes elegibles, el trasplante alogénico de progenitores representa el único tratamiento curativo.
Respecto a la posible retirada definitiva del tratamiento en la fase crónica de la enfermedad, los coordinadores han señalado que cada vez se conoce mejor el perfil de paciente que puede intentar una discontinuación, y que esta sea eventualmente exitosa. Recientemente se han publicado los datos finales del estudio EURO-SKI, que incluye a más de 800 pacientes que discontinúan ITC, que confirman que el tiempo de respuesta molecular profunda tiene impacto en la remisión libre de tratamiento