MADRID, 2 Mar. (EUROPA PRESS) -
Los científicos han encontrado una manera de distinguir entre dos enfermedades neurodegenerativas progresivas, la enfermedad de Parkinson (EP) y la atrofia de sistemas múltiples (ASM), utilizando una tecnología desarrollada por un investigador del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas (UTHealth), lo que permitirá enfocar mejor los tratamientos, según publican en la revista 'Nature'.
Es difícil distinguir entre las dos enfermedades porque los primeros signos son similares: trastornos en el movimiento, temblores, movimientos incontrolables durante el sueño, problemas del habla, etc., pero las enfermedades progresan de manera diferente y pueden requerir planes de tratamiento distintos.
La EP conduce a temblores, rigidez y dificultad con el equilibrio y el movimiento, así como a una serie de síntomas no motores. La ASM conduce a un deterioro motor similar, y también a una disfunción más temprana y más severa del sistema nervioso autónomo, que controla acciones involuntarias como la presión arterial, la digestión y la micción. MSA progresa más rápido y al principio a menudo se confunde con EP.
"Es importante que los médicos tengan una forma objetiva de diferenciar entre EP y ASM para proporcionar a los pacientes la mejor atención. Actualmente, la única forma de diferenciarlos es esperar y ver cómo progresa la enfermedad, con ASM avanzando mucho más más rápido que la EP", explica Claudio Soto, profesor del Departamento de Neurología de la Escuela de Medicina McGovern de UTHealth y autor principal del artículo.
"Para cuando las personas muestran síntomas progresivos de ASM, una cantidad sustancial de células cerebrales ya están dañadas o muertas, y no se pueden recuperar --añade--. Ha sido difícil desarrollar un tratamiento para ambas enfermedades debido a las altas tasas de diagnóstico erróneo, así que necesitábamos encontrar una manera de distinguir entre los dos al inicio de los primeros síntomas".
Ambas enfermedades se caracterizan por depósitos de una proteína conocida como alfa-sinucleína (aSyn) en el sistema nervioso. Esta proteína puede corromperse y comenzar a cambiar de forma en un proceso llamado plegado incorrecto. Estas proteínas mal plegadas comenzarán a agruparse y envenenarán las células nerviosas sanas circundantes que son responsables del funcionamiento del cerebro, particularmente de las habilidades motoras.
"La formación de estos grupos mal plegados ocurrirá durante muchos años, incluso décadas, antes de que se cause suficiente daño para que una persona comience a mostrar signos de deterioro motor", explica Soto, quien también es director del Centro de Investigación George y Cynthia Mitchell en la enfermedad de Alzheimer y trastornos cerebrales relacionados.
Utilizando la tecnología de amplificación cíclica de plegamiento de proteínas (PMCA) desarrollada por Soto que se demostró en estudios previos para detectar proteínas mal plegadas asociadas con enfermedades como Creutzfeldt-Jakob y la enfermedad de Alzheimer, los investigadores apuntaron los agregados aSyn mal plegados como una forma de desarrollar un diagnóstico bioquímico sensible para la EP. Los investigadores pusieron una pequeña cantidad de las proteínas en cuestión del líquido cefalorraquídeo del paciente junto con proteínas normales y observaron para ver si convertían las proteínas normales y cómo.
La última investigación de Soto en 'Nature' muestra que el aSyn-PMCA puede discriminar con éxito entre PD y ASM con una sensibilidad general del 95,4%, lo que podría permitir a los médicos mirar hacia el futuro para ver qué enfermedad necesitan abordar. El estudio también ayuda a comprender la base de estas enfermedades a nivel molecular.
"Nuestra última investigación muestra que los agregados aSyn de PD y ASM tienen diferentes propiedades, por lo que al amplificar los agregados anormales podemos detectar con alta eficiencia qué enfermedad tiene el paciente --señala Soto--. Esto tiene enormes implicaciones tanto para el diagnóstico preciso y la atención clínica del paciente, como para el desarrollo de nuevos tratamientos específicos para ambas enfermedades".
Dado que el líquido cefalorraquídeo se recoge a través de punciones espinales, que son invasivas y dolorosas, la esperanza es que la investigación futura permita la optimización de la prueba de PMCA para detectar aSyn en sangre u orina.
"Imagino un mundo sin estas enfermedades, pero la única forma de lograrlo es combinar el diagnóstico temprano con un tratamiento bueno y seguro. Eso significa que tenemos que detectar las proteínas anormales antes de que produzcan enfermedades y usar un tratamiento seguro para que nadie desarrolle enfermedad. Muchas enfermedades como la viruela, la difteria o la poliomielitis han sido eliminadas por los avances científicos. Espero que ocurra lo mismo con enfermedades cerebrales devastadoras, como el Alzheimer o el Parkinson", comenta Soto.
La investigación fue financiada en parte por subvenciones de la Fundación Michael J. Fox para la Investigación del Parkinson (MJFF) y el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento.
"El diagnóstico objetivo de Parkinson y ASM, y el diagnóstico diferencial entre los dos, cambiaría el juego para muchos pacientes y familias que buscan respuestas cuando surgen problemas y, potencialmente, ayudaría a desarrollar, evaluar y prescribir intervenciones tempranas para detener la enfermedad antes los síntomas comienzan", añade Luis Oliveira, director asociado de programas de investigación de MJFF.