MADRID, 17 Nov. (EUROPA PRESS) -
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha conseguido la financiación necesaria para poner en marcha en varios países del África subsahariana la fase inicial del primer programa piloto de vacunación contra la malaria, que arrancará a partir de 2018.
La vacuna, que se conoce como 'RTS,S', actúa contra el parásito 'P. falciparum' y los ensayos clínicos realizados previamente han demostrado que consigue una protección parcial contra la malaria en niños pequeños, según ha recordado este organismo de Naciones Unidas.
"El despliegue piloto de esta vacuna de primera generación marca un hito en la lucha contra la malaria", ha reconocido el investigador español Pedro Alonso, director del Programa Mundial de Malaria de la OMS, que confía en que este primer proyecto sirva para obtener información sobre si es conveniente ampliar el uso de la vacuna a mayor escala.
La decisión se produce después de que el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria haya aprobado este jueves una donación de 15 millones de dólares (unos 14,1 millones de euros) por parte de Estados Unidos para poner en marcha este programa piloto, lo que garantiza la financiación necesaria para la primera fase de esta iniciativa.
En octubre del año pasado dos grupos de expertos independientes de la OMS recomendaron la puesta en marcha de un programa piloto en África Subsahariana después de que en julio del mismo año la Agencia Europea del Medicamento (EMA, en sus siglas en inglés) emitieran una opinión positiva sobre su uso tras analizar los ensayos clínicos realizados con la vacuna.
LOS PAÍSES QUE LA PROBARON TENDRÁN PRIORIDAD
Los estudios en fase III se llevaron a cabo con más de 15.000 lactantes y niños pequeños de 7 países del África subsahariana (Mozambique, Tanzania, Kenia, Malawi, Ghana, Gabon y Burkina Faso), a los que ahora la OMS dará prioridad para su inclusión en este programa piloto. De momento arrancará sólo en tres países cuyo nombre se anunciará en las próximas semanas.
El programa piloto evaluará también la viabilidad de administrar las cuatro dosis que requiere la vacuna y analizará el impacto en términos de vidas salvadas, su seguridad y si el efecto protector que ha demostrado en niños de 5 a 17 meses puede extrapolarse a la vida real.
Como la vacuna sólo ha demostrado ser parcialmente eficaz, la OMS recuerda la necesidad de que todos los pacientes vacunados con fiebre se sometan a una prueba para detectar la malaria y, en caso de estar afectados, puedan ser tratados con fármacos antipalúdicos.
Asimismo, recuerda que su uso forma parte de una estrategia conjunto con otras intervenciones como el uso de mosquiteras, insecticidas, el uso de pruebas diagnósticas en bebés y durante el embarazo.