MADRID, 2 Sep. (EDIZIONES) -
Las operaciones que se realizan sobre el cerebro a manos de neurocirujanos son intervenciones seguras y prácticamente rutinarias en todos los servicios de Neurocirugía de España. Cuando se llevan a cabo siempre hay una preparación previa. Se cuidan todos los detalles para que el paciente se encuentre cómodo en el quirófano. En definitiva, es una labor de un gran equipo que busca lo mejor para el paciente.
Así lo explica en una entrevista con Infosalus el doctor Luis Ley Urzaiz, jefe de Servicio del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, y presidente de la Sociedad Española de Neurocirugía (SENEC), quien recuerda a su vez que todas las operaciones sobre el cerebro se realizan bajo anestesia, ya sea general o local (paciente despierto).
Eso sí, precisa que la mayor parte de las intervenciones sobre el cerebro se realizan con el paciente dormido, es decir, bajo anestesia general, y solo algunas se llevan a cabo con el paciente despierto.
"En estos casos de paciente despierto, la intervención se suele iniciar con el paciente dormido, siendo despertado solo para una parte de la intervención (secuencia dormido-despierto-dormido); aunque hay ocasiones en las que el paciente se mantiene despierto, pero con analgesia local toda la intervención. Es muy importante en estas intervenciones que el paciente esté cómodo para que pueda colaborar bien, por lo que el control del dolor (analgesia) es imprescindible y constante", aclara el experto.
En el caso de que el paciente sufriera algún dolor o sufrimiento, el doctor Ley afirma que la intervención no se le practicaría. Por otra parte, señala que cuando se decide intervenir a un paciente que va a estar despierto durante parte o toda la intervención, se realiza una preparación previa, con entrevistas con el cirujano y el neuropsicólogo, que va a estar interactuando con el paciente durante la intervención, y va a ser monitorizado y anestesiado por anestesiólogos entrenados específicamente.
"Si el paciente no se considera capaz de colaborar, o si en algún momento se considera que no va a poder colaborar por alguien del equipo evaluador, la intervención no se lleva a cabo. Como ya he dicho es fundamental que el paciente esté tranquilo y sea colaborador durante la intervención, por lo que es prioritario que esté cómodo y sin dolor durante la misma", insiste el presidente de los neurocirujanos.
¿QUÉ TIPO DE AFECCIONES SUELEN TRATARSE EN ESTAS INTERVENCIONES?
En general suelen ser lesiones en las áreas cerebrales elocuentes o cerca de ellas, es decir, en aquellas zonas donde una lesión podría provocar una importante pérdida funcional al paciente: tipo una pérdida de la capacidad para hablar, o para entender la palabra escrita o hablada principalmente; aunque en ocasiones son otras tareas que se consideren muy importantes para el paciente, como la capacidad para tocar un instrumento o realizar tareas matemáticas, y que no puedan ser controladas sin necesidad de tener al paciente despierto.
"Se realizan aquellas intervenciones en las que se considere que hay un riesgo muy alto de pérdida de función cerebral que no sean controlables con el paciente dormido (hablar, entender, tocar un instrumento, entre otras); en general son tumores cerebrales, aunque en ocasiones son malformaciones vasculares, por ejemplo", añade.
¿POR QUÉ A VECES SE HABLA A LOS PACIENTES DURANTE LA OPERACIÓN?
Preguntado por si es el cirujano el que pregunta a los pacientes durante estos procedimientos, el presidente de la SENEC indica que este profesional sanitario no es el encargado de esta labor, sino que su función es la de localizar mediante un estimulador cortical o subcortical las zonas que deben ser evitadas.
"Al aplicar una corriente de manera muy localizada en el cerebro, esas áreas dejan de funcionar. Mientras se realiza la estimulación hay una persona, habitualmente un neuropsicólogo que conoce previamente al paciente y le ha entrenado para ello, que pregunta al paciente o le pide que realice determinada tarea. Si el paciente es capaz de hacerla sin estimulación, pero no puede hacerla tras estimular una zona concreta, entonces esa área se considera intocable y se evita", aclara el especialista.
Por otro lado, explica que en general, en estas intervenciones hasta que se abre la duramadre craneal el cerebro suele estar dormido, dado que el cerebro y el sistema nervioso central están cubiertos por las meninges, que son las que tienen receptores del dolor.
"Con anestesia se realizan todas las operaciones del cerebro. Lo que se suele entender por anestesia en realidad tiene tres elementos: la analgesia (evitar el dolor), la sedación (que el paciente esté dormido), y la relajación (que el paciente no se mueva). Estas cirugías se realizan sin relajación ni sedación, pero con anestesia. Es importante de hecho, que el paciente esté cómodo para que pueda colaborar bien, por lo que el control del dolor es imprescindible", recalca.
En última instancia, el doctor Luis Ley Urzaiz, jefe de Servicio del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, y presidente de la Sociedad Española de Neurocirugía (SENEC) subraya sobre sus posibles complicaciones que, como en cualquier intervención, pero sobre todo sobre el cerebro, que se provoque una pérdida de función irreversible.