NUEVA YORK, 27 Ago. (Reuters/EP) -
Un estudio de la Universidad de Toronto (Canadá) ha demostrado que los cirujanos que operan tras una noche sin dormir no representan un peligro para sus pacientes, tras observar que no tienen más fallos que aquellos que no han trabajado de madrugada el día anterior.
En concreto, según los resultados del trabajo que publica la revista 'New England Journal of Medicine', las probabilidades de tener algún problema durante la cirugía era de un 22,2 por ciento después de haber estado trabajando entre las 12 de la noche y las siete de la mañana, similar a los datos (22,4%) cuando el médico operaba tras haber dormido.
La principal autora de este trabajo, Nancy Baxter, considera que estos nuevos resultados sirven para contrarrestar algunas propuestas que piden que los cirujanos informen a sus pacientes de si han dormido o no antes de operarles.
39.000 OPERACIONES DE MÁS DE 1.400 CIRUJANOS ESTUDIADAS
Para su investigación, Baxter utilizó datos de 147 hospitales de Ontario, Canadá, para analizar casi 39.000 intervenciones quirúrgicas llevadas a cabo por un total de 1.448 cirujanos experimentados durante 5 años.
Se centraron en doce procedimientos entre los que incluían desde cirugías para implantar un 'bypasss' y reemplazos de cadera a histerectomías o angioplastias, y gracias a las bases de datos de los centros se pudo comprobar si el médico había trabajado la noche anterior a la operación.
De este modo, vieron que treinta días después de la cirugía las probabilidades de fallecer del paciente eran de un 1,1 por ciento tanto si la noche anterior había estado en vela trabajando o no. Y en cuanto a las tasas de reingreso hospitarlario, si los cirujanos habían estado trabajando era del 6,6 por ciento, y del 7,1 por ciento si no lo había hecho.
Por su parte, haber trabajado la noche anterior tampoco aumentó el riesgo de complicaciones durante el mes siguiente a la operación, con una tasa de 18,1 por ciento, frente al 18,2 por ciento en los que no trabajaron.
LA EDAD DEL CIRUJANO O EL TIPO DE OPERACIÓN NO INFLUYÓ
Además, en ambos casos los pacientes solían ser dados de alta tres días después de la intervención, y tampoco observaron diferencias significativas según el tipo de hospital, la edad del médico y el tipo de operación.
No obstante, los autores reconocen que el hecho de comprobar si el médico había estado trabajando la noche anterior no es suficiente para saber si había dormido, algo que también ha criticado Charles Czeisler, del Brigham and Women Hospital de Boston (Estados Unidos), que en 2009 publicó un estudio similar que, en cambio, demostró que la falta de sueño podía incluso triplicar las probabilidades de sufrir un error grave en el quirófano.
De hecho, este experto cree que el estudio actual solo se centra en aquellos cirujanos que estuvieron trabajando entre medianoche y las 7 de la mañana, por lo que todos aquellos que empezaron su jornada a las 6.30 también podrían estar dentro de este grupo.
Ante estas críticas, Baxter reconoce que no se han medido las horas de sueño de los cirujanos pero incluye datos de muchos hospitales, mientras que el trabajo de Boston se hizo en un único hospital. Por ello, argumenta que quizá es una prueba de que "los cirujanos suelen manejar la falta de sueño mejor que otros médicos". No obstante, tampoco quiere que sus hallazgos se usen como excusa para trabajar sin un descanso adecuado.