Pacientes y expertos lanzan una campaña para reclamar el "abordaje prioritario" de las hepatitis para su final en 2030

Archivo - Virus hepatitis, hígado.
Archivo - Virus hepatitis, hígado. - RASI BHADRAMANI/ ISTOCK - Archivo
Publicado: miércoles, 24 julio 2024 17:58

MADRID, 24 Jul. (EUROPA PRESS) -

La Federación Nacional de Enfermos y Trasplantados Hepáticos (FNETH) y Apoyo Positivo, con el soporte de la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH) y la Alianza para la Eliminación de las Hepatitis Víricas en España (AEHVE), en colaboración con AbbVie y Gilead, presentan una campaña sensibilización que recorre los 10 años de mensajes, campañas, información e hitos alrededor del objetivo común de la microeliminación y el abordaje prioritario de las hepatitis víricas para su final en 2030.

La hepatitis es la infección que produce una inflamación en el hígado generando posibles daños. Las más frecuentes y significativas son las llamadas hepatitis virales, las hepatitis A, B, C y D.

La estrategia mundial de la Organización Mundial de la Salud (OMS) contra la hepatitis, respaldada por todos sus estados miembros, pretende reducir las nuevas infecciones por hepatitis en un 90 por ciento y las muertes en un 65 por ciento entre 2016 y 2030.

Sin embargo, los datos disponibles indican que la mayoría de los países no están en camino de cumplir con esos objetivos estratégicos, enfocados especialmente en reducir la incidencia y mortalidad relacionada con las hepatitis B y C, a pesar de la vacunación disponible y de llevar ya 10 años de implementación del tratamiento que cura la hepatitis C.

En su mayoría muestran un buen progreso en el programa de vacunación infantil contra la hepatitis B, pero son deficientes las medidas de reducción de daños para la hepatitis C, en las personas que se inyectan sustancias, así como en el seguimiento y vacunación en algunos adultos de la hepatitis A y B.

España se sitúa en el grupo de los países que pueden alcanzar la eliminación de la hepatitis C según estos objetivos marcados, pero queda bastante camino por recorrer, ya que, todavía, más de 70.000 personas se tendrían que diagnosticar y/o tratar en España.

Por ello, desde Apoyo Positivo y la Federación Española de Enfermos y Trasplantados Hepáticos (FNETH) piden aumentar las campañas y acciones de información y sensibilización sobre las hepatitis y la prevención de estas, contando con la participación de la comunidad sanitaria, trabajadores del ámbito psicosocial, organizaciones comunitarias especializadas, medios de comunicación e 'influencers' y, sobre todo, personas y familiares afectados directamente por la hepatitis.

En esta línea, piden impulsar estrategias de detección, de infección no diagnosticada, y de recuperación de pacientes diagnosticados y no tratados, en el caso de la Hepatitis C.

También instan a aprovechar las sinergias con los programas de VIH y otros servicios de salud sexual, y a desarrollar pruebas de detección de hepatitis viral, así como en otros espacios del sistema de salud, para evitar oportunidades perdidas en el diagnóstico.

Otra de sus peticiones pasa por desarrollar modelos de atención que apoyen la microeliminación en poblaciones definidas para ampliar el diagnóstico y el tratamiento. La detección intensificada de personas que se inyectan drogas, u otros perfiles prioritarios, es fundamental para lograr la eliminación en muchos entornos donde la gran mayoría de las nuevas infecciones ocurren: población inmigrante, en muchos casos no vacunada en su país de origen; trabajadoras y trabajadores sexuales; hombres que tienen sexo con hombres y hombres gais y bisexuales; población privada de libertad; receptores de transfusiones previamente a 1992 y usuarios de drogas inyectadas sin uso de medidas preventivas.

También reclaman utilizar modelos de prestación de prevención combinada y tratamiento comunitario ya implementados en el VIH, para descentralizar el tratamiento de la hepatitis viral.

Asimismo, piden priorizar el desarrollo de programas de reducción de daños y la facilitación e intercambio de materiales preventivos, para prevenir la transmisión de la hepatitis, especialmente la C, entre las personas que se inyectan drogas. Los programas de reducción de daños pueden proporcionar una puerta de entrada a la detección y el tratamiento de la hepatitis para las personas que pueden no estar comprometidas con los servicios médicos.

Por otro lado, instan a mejorar el seguimiento, la evaluación y las acciones de comunicación para que todos los países y sistemas de salud puedan informar sobre el desempeño en el diagnóstico, el inicio del tratamiento y la respuesta virológica sostenida.

Para estas asociaciones también es importante mantener el apoyo financiero para la vacunación contra la hepatitis B con dosis de nacimiento en los países de ingresos bajos y medios, especialmente en el África subsahariana.

Acelerar los esfuerzos de investigación para desarrollar un tratamiento curativo para la hepatitis B que se pueda administrar de manera asequible en países de ingresos bajos y medios, que representan la mayor parte de la carga mundial de infección por hepatitis B, es otro de sus requisitos. También piden agilizar la investigación para desarrollar una vacuna preventiva contra la hepatitis C.

En relación a todo ello, piden hablar más de hepatitis y eliminar el estigma que hay a su alrededor. "No acabaremos con las hepatitis virales ni el VIH si no acabamos con el estigma hacia esas prácticas y, sobre todo, hacia quienes somos como personas y comunidades", dicen los pacientes, para recalcar que "el objetivo es claro: prevenir, diagnosticar y tratar a todas las personas, erradicando el estigma".