MADRID, 5 Sep. (EUROPA PRESS) -
El descenso en la utilización de la atención sanitaria esencial durante la pandemia de COVID-19 en los países de ingresos bajos y medios bajos tiene un impacto devastador en la salud de las mujeres y los niños, según un nuevo estudio publicado en la revista de acceso abierto 'PLOS Medicine'.
El trabajo, realizado por Tashrik Ahmed, del Banco Mundial, y sus colegas, revela que algunos de los países más pobres del mundo, los correspondientes aumentos previstos de la mortalidad infantil y materna pueden borrar años de progreso y causar miles de muertes evitables.
Las pandemias pueden afectar a la utilización de los servicios sanitarios a través de numerosas vías. Entre ellas se encuentran las limitaciones en las infraestructuras, el personal sanitario y las cadenas de suministro, así como la alteración del comportamiento de los pacientes que puede atribuirse a los cambios en el transporte público, las restricciones de movilidad y el miedo a contraer la enfermedad.
Los primeros estudios sobre la pandemia de COVID-19 preveían que estas interrupciones de los servicios representaban una amenaza para la prestación de servicios sanitarios no relacionados con la COVID.
En el nuevo estudio utilizaron datos sobre la utilización de servicios de 18 países de África y Oriente Medio para estimar el cambio porcentual en los servicios sanitarios prestados entre marzo de 2020 y junio de 2021, en comparación con los niveles anteriores a la pandemia.
En todos los países, descubrieron un descenso medio de las consultas externas del 13,1%, y un descenso medio del 2,6% al 4,6% en los servicios materno-infantiles. Las mayores interrupciones de los servicios se produjeron al comienzo de la pandemia y durante los meses con estrictas restricciones de movilidad. Utilizando un modelo matemático, el grupo proyectó los correspondientes aumentos del 3,6% en la mortalidad infantil y del 1,5% en la materna.
"Este trabajo demuestra cómo la pandemia de COVID-19 ha revertido años de progreso en la salud de las mujeres y los niños, especialmente los de las comunidades más vulnerables --advierte el doctor Ahmed--. A medida que los países se enfrentan a múltiples crisis que siguen restringiendo la prestación y la utilización de los servicios, estas conclusiones pueden ayudarles a promover políticas eficaces para fortalecer los sistemas de salud y recuperarse con mayor resiliencia".