MADRID, 21 Abr. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de investigadores del Instituto Karolinska (Suecia) ha logrado dar un "paso importante" hacia la anticoncepción no hormonal, todo ello tras descubrir que un pequeño fragmento del anticuerpo IE-3 modificado puede bloquear la fecundación al actuar sobre la proteína ZP2 en la superficie del óvulo.
"Nuestro estudio muestra cómo un pequeño fragmento de anticuerpo puede bloquear la fecundación al actuar sobre la ZP2, una proteína clave en la capa externa del óvulo que participa tanto en la unión de los espermatozoides como en el bloqueo de la poliespermia", ha afirmado el profesor de Biología Estructural del Departamento de Medicina de Huddinge del Instituto Karolinska, Luca Jovine.
El trabajo, publicado en la revista 'PNAS', ha conseguido mostrar que una versión modificada y más pequeñas de IE-3 es "igualmente eficaz" en la prevención de la fecundación en ratones, logrando bloquearla en todos los casos de las pruebas con óvulos de ratón y ofreciendo "perspectivas" para el diseño de anticonceptivos no hormonales sin efectos secundarios.
Los científicos han subrayado que estas propiedades establecen a este anticuerpo como una "base sólida" para desarrollar este tipo de anticonceptivos, aunque han recalcado que aún se desconoce cómo el anticuerpo reconoce exactamente la ZP2 a nivel molecular, y que tampoco no existe información estructural sobre ningún complejo anticuerpo/proteína de fertilización femenina.
"A pesar de su pequeño tamaño, el fragmento mantuvo su eficacia, reduciendo los posibles efectos secundarios", ha explicado Jovine, quien ha resaltado que el siguiente paso consiste en desarrollar un anticuerpo similar dirigido a la ZP2 humana y comprobar si su fragmento de anticuerpo puede bloquear la fecundación humana.
En caso de éxito, la siguiente fase se centrará en la evaluación de la seguridad, la estabilidad y los posibles métodos de administración, lo que acercará a los investigadores a un método anticonceptivo no hormonal para uso humano.
El estudio ha sido financiado por el Consejo Sueco de Investigación, el Consejo Europeo de Investigación, la Fundación Knut y Alice Wallenberg, la Organización Europea de Biología Molecular (EMBO) y la Deutsche Forschungsgemeinschaft (DFG).