MADRID, 27 Nov. (EUROPA PRESS) -
Un estudio publicado en el 'Journal of the American Medical Association Internal Medicine' revela que es muy probable que las personas mayores estén siendo excluidas de la mayoría de los ensayos de COVID-19 que buscan establecer tratamientos efectivos, así como encuentre una vacuna preventiva. Esto es a pesar del hecho de que las personas mayores se ven afectadas de manera abrumadora por COVID-19.
A nivel mundial, las personas de 65 años o más representan el nueve por ciento de la población, pero representan del 30 al 40 por ciento de los casos de COVID-19 y del 80 por ciento de las muertes por COVID-19.
Los investigadores, encabezados por Sharon K. Inouye, directora del Centro de Envejecimiento del Cerebro en el Instituto Hinda y Arthur Marcus para la Investigación del Envejecimiento en Hebrew SeniorLife, en Estados Unidos, han comprobado la frecuencia con la que se registraron todos los ensayos clínicos de COVID-19 en https: / / www. ensayos clínicos. gov / del 1 de octubre de 2019 al 1 de junio de 2020 no incluyó a las personas mayores.
Esto se determinó revisando las exclusiones directas basadas en la edad o las exclusiones que afectan preferentemente a las personas mayores, como la presencia de otras enfermedades o que requieren la participación de Internet o teléfonos inteligentes.
Sus hallazgos indican que es muy probable que los adultos mayores sean excluidos de más del 50 por ciento de los ensayos clínicos de COVID-19 y del 100 por ciento de los ensayos de vacunas, a pesar de que la inclusión de adultos mayores en los ensayos clínicos es fundamental para garantizar un acceso equitativo a estos tratamientos.
Según el estudio, es importante que los ensayos clínicos de COVID-19 inscriban a personas mayores para garantizar la efectividad de los tratamientos y encontrar la dosis adecuada en este grupo de edad, que puede ser diferente de otros grupos de edad debido a los cambios fisiológicos que vienen con la edad.
Los investigadores que participaron en este estudio están particularmente preocupados de que la exclusión de los adultos mayores de los ensayos clínicos pueda conducir a tratamientos que son ineficaces pero que incluso pueden ser tóxicos para los adultos mayores.
"Sin duda, se necesitan algunas exclusiones para proteger la salud y la seguridad de los adultos mayores, como las comorbilidades mal controladas --reconoce Inouye--. Pero muchas no están bien justificadas y parecen ser más por conveniencia o conveniencia de los investigadores. Nos preocupa que la exclusión de los adultos mayores de los ensayos clínicos limite sistemáticamente nuestra capacidad para evaluar la eficacia, la dosis y los efectos adversos de los tratamientos COVID-19 en esta población".