MADRID, 22 Ago. (EUROPA PRESS) -
Un estudio internacional publicado en el último número del 'British Medical Journal' (BMJ) ha revelado que hasta el 20 por ciento de los niños que nacen en países de medios y bajos ingresos lo hacen con poco peso, bien porque lo hacen de forma prematura o por un crecimiento fetal insuficiente.
Los autores reconocen que la desnutrición materna, las infecciones, los problemas de acceso a la atención sanitaria o factores ambientales durante el embarazo son factores de riesgo para esta circunstancia, que aumenta el riesgo de mortalidad prematura o problemas en el desarrollo de estos niños.
El trabajo fue liderado por investigadores del Hospital Brigham and Women de Boston y el Child Health Epidemiology Reference Group (CHERG), una colaboración mundial de más de 40 investigadores que utilizaron el primer estándar internacional multiétnico de peso al nacer, conocido como Intergrowth-21, para describir la carga global de la falta de crecimiento fetal.
Con este indicador estimaron que en 2012 unos 23,3 millones de niños, casi el 20 por ciento de todos los nacidos vivos en los países menos desarrollados, llegaron al mundo pequeños para su edad gestacional. Y entre ellos había 1,5 millones que nacieron de forma prematura.
Asimismo, también estimaron que ese año se produjeron unas 606.500 muertes de recién nacidos que eran atribuibles a su bajo peso para su edad gestacional, que representan el 22 por ciento de todas las muertes neonatales.
La mayor carga se registra en el sur de Asia, donde uno de cada tres niños nace con bajo peso y el 26 por ciento de las muertes de recién nacidos se atribuyen a su tamaño al nacer.
"Al reducir el porcentaje de bebés nacidos pequeños para la edad gestacional al 10 por ciento en los países de ingresos bajos y medios (un nivel que se esperaría en una población con unas condiciones nutricionales y de salud óptimas para el embarazo), podríamos prevenir aproximadamente 250.000 muertes de recién nacidos cada año", ha reconocido Anne CC Lee, pediatra que ha coordinado la investigación.
Para ello, y aunque el control del tamaño fetal es complejo, propone llevar a cabo diferentes medidas basadas en la evidencia científica para mejorar la supervivencia y la esperanza de vida al nacer, como el contacto piel con piel nada más nacer, más apoyo a la lactancia o un mejor manejo de las infecciones neonatales.