PAMPLONA 7 Oct. (EUROPA PRESS) -
Un estudio de seguimiento realizado por la Clínica Universidad de Navarra (CUN) a 709 de sus profesionales ha demostrado que la protección frente a Covid-19 aumenta con la inmunidad híbrida, cuando se combina la natural -generada por haber pasado la infección- con la generada tras la administración de la vacuna contra el virus.
Entre marzo y diciembre de 2021, se realizaron análisis de sangre para estudiar la producción de anticuerpos y la inmunidad celular en un grupo de profesionales de la Clínica a los que se había inoculado combinaciones de las vacunas de Moderna, Pfizer o AstraZeneca, y que conformaban cinco pautas distintas de vacunación. Los resultados del trabajo se han publicado ahora en un artículo en la revista Scientific Reports, según ha informado la CUN en una nota.
El doctor Gabriel Reina, microbiólogo de la Clínica Universidad de Navarra y autor senior del estudio, ha destacado que se ha realizado "sobre una población muy amplia" y ha subrayado "la solidez de los resultados gracias al seguimiento durante nueve meses y la novedad que supone haber introducido el estudio de la inmunidad celular en dos puntos del estudio".
"Tenemos información de los niveles de anticuerpos y hemos podido observar su dinámica según las diferentes pautas vacunales y, también, los hemos diferenciado en las personas que habían pasado la infección por el virus SARS-CoV-2 de las que no la habían sufrido", ha explicado Reina.
El especialista ha señalado que "la segunda dosis de la vacuna no aporta más protección en las personas que habían sido vacunadas una vez y que habían pasado la infección", concluyendo que "la inmunidad híbrida es la que confiere una inmunidad más potente y se mantiene a lo largo de los nueve meses del estudio, tanto en los niveles de anticuerpos como en la propia inmunidad celular, que es la capacidad de nuestro sistema inmune para luchar de forma específica y efectiva contra el virus, independientemente de la variante".
Por otra parte, el estudio ha permitido valorar la efectividad de las vacunas desarrolladas con tecnología de ARN mensajero (Moderna, Pfizer) y compararla con la de un virus recombinante (AstraZeneca). "Queríamos saber cuánto tiempo de protección ofrecían unas vacunas que se habían desarrollado con una tecnología muy novedosa y, por ello, nos propusimos medir la inmunidad a lo largo de nueve meses, y hemos observado que las vacunas de mRNA inducen una respuesta humoral -de anticuerpos- y celular más potente y duradera", ha explicado.
El doctor José Luis del Pozo, director de los servicios de Microbiología y de Enfermedades Infecciosas, ha señalado que "con este trabajo confirmamos que las vacunas funcionan". "Ya hemos visto que reducen la transmisibilidad del virus y la mortalidad, pero con este trabajo justificamos que son efectivas porque generan una inmunidad celular duradera, no solo porque generen la producción de anticuerpos", ha añadido.
Ante la administración de nuevas dosis de vacunas, Del Pozo ha indicado que "lo lógico es que las recomendaciones respecto a nuevas dosis de la vacuna se establezcan en función de los riesgos de salud de cada persona, además de en función de si han generado inmunidad celular o no".
Respecto a la situación de la pandemia, el experto ha afirmado que "nadie es capaz de predecir qué va a pasar". "En este momento, las variantes de SARSCoV2 se parecen cada vez más a los otros coronavirus humanos, pero, todavía siguen generando enfermedad severa y mortalidad en los más vulnerables", ha precisado.
Este especialista ha explicado que "conocemos mucho mejor al virus, pero todavía nos queda mucho camino por recorrer" y ha subrayado especialmente la necesidad de abordar las mejoras del sistema sanitario: "Robustecer la atención primaria, mejorar las infraestructuras hospitalarias, dotar mejor a nuestras UCI, formar el suficiente personal sanitario para adecuarlo a las potenciales necesidades o impulsar la creación de especialidades imprescindibles como la de Urgencias y Emergencias o la de Enfermedades Infecciosas".
Este estudio de la Clínica se ha realizado con la participación también del laboratorio del Servicio de Bioquímica y se ha contado con la colaboración de la compañía farmacéutica Roche, que ha financiado los reactivos necesarios para la determinación de anticuerpos. Los resultados forman parte del proyecto de tesis doctoral de Leire Fernández Ciriza, que completó el programa FIR (Farmacéutico Interno Residente) en el Servicio de Microbiología de la Clínica Universidad de Navarra.