Una psiquiatra resalta la necesidad de tratar los trastornos de la conducta alimentaria para evitar secuelas permanentes

Archivo - Imagen de archivo de una mujer mirando un plato con comida. - MARHARYTA MARKO/ ISTOCK - ARCHIVO

MADRID 29 Nov. (EUROPA PRESS) -

La psiquiatra y directora clínica del Hospital de Día Retiro Recurra Ginso, Rosa Martínez, ha afirmado que los trastornos de la conducta alimentaria (TAC) necesitan un "tratamiento adecuado", ya que "pueden convertirse en enfermedades crónicas con secuelas físicas y emocionales permanentes".

En el marco del Día Internacional de la Lucha contra los Trastornos Alimentarios, que se celebra el 30 de noviembre, la especialista ha resaltado que "los TCA afectan significativamente tanto a la salud física como mental de los jóvenes que los padecen, en una etapa crucial de su desarrollo, con posibilidad de tener graves consecuencias".

Así, ha explicado que el impacto en la salud física es "devastador": bajo peso, desnutrición, problemas cardiovasculares, desequilibrios hormonales, entre otros, pueden llegar a provocar la muerte en casos extremos. Del mismo modo, ha indicado que la salud mental se ve "terriblemente afectada", pues estos trastornos favorecen el desarrollo de depresión, ansiedad, irritabilidad, inestabilidad emocional, pensamientos obsesivos sobre el cuerpo y la alimentación, además de la sensación de soledad y aislamiento social, elevando significativamente el riesgo de suicidio.

"Las redes sociales tienen una influencia crítica en los adolescentes, no solo en la percepción y aceptación de su propio cuerpo, sino también en el desarrollo y construcción de su autoimagen como en la adquisición de valores para la vida. Por estas razones, las redes sociales son especialmente perjudiciales en una etapa de la vida tan vulnerable emocional y psicológicamente, y que es crucial para el desarrollo del futuro adulto", ha detallado Martínez.

Al hilo, la experta ha destacado que es fundamental detectar las señales de alerta a tiempo, ya que pueden marcar la diferencia en el tratamiento y la recuperación. Cambios físicos como una pérdida de peso brusca, alteraciones menstruales o cansancio extremo suelen ir acompañados de comportamientos como evitar las comidas familiares, seguir dietas estrictas o recurrir a vómitos autoprovocados. A nivel emocional, es habitual la irritabilidad, la ansiedad y la obsesión con la imagen corporal.

"Hablar al adolescente con empatía y proximidad, evitando juzgarle, y consultar con un especialista de salud mental lo antes posible, facilitará en gran medida la evolución y pronóstico del caso", ha declarado Martínez.

Por último, la psiquiatra ha resaltado el papel de los hospitales de día en el tratamiento de los TCA juveniles. Según ha detallado, en estos hospitales es posible monitorizar el estado físico y emocional a diario de los pacientes mientras se supervisa la alimentación para normalizar los patrones. Al mismo tiempo, el equipo terapéutico multidisciplinar compuesto por psiquiatras, enfermeros, psicólogos, nutricionistas y terapeutas, observa cómo se enfrentan los pacientes a sus dificultades cotidianas y malestar emocional a la vez que mejoran su autoestima.