MADRID, 15 Feb. (EDIZIONES) -
El trabajo del equipo de enfermería es fundamental en todo el proceso del cuidado del paciente oncológico, pero también en el proceso quirúrgico. Las técnicas avanzan y en el caso de las neoplasias es fundamental mantener la calidad de vida de los pacientes lo máximo posible.
La técnica PIPAC (del inglés, Presurized IntraPeritoneal Aerosol Chemotherapy), en la que centramos este artículo, es una nueva forma de administración de quimioterapia intraperitoneal, en la que los agentes quimioterápicos se administran por vía laparoscópica en forma de aerosol, y con la que se logra conservar en cierta medida esa calidad de vida del paciente.
"Los pacientes que se pueden beneficiar de esta técnica son fundamentalmente pacientes con carcinomatosis peritoneal de cualquier origen (aquel que se desarrolla en la cavidad abdominal), y que no son candidatos a cirugía radical curativa, que no han tenido respuesta a quimioterapia sistémica, y que tienen una esperanza de vida mayor de tres meses", según explica en una entrevista con Infosalus Isabel Gómez Porras, enfermera de quirófano en el centro MD Anderson de Madrid.
Esta experta, que precisamente ofreció una charla sobre este procedimiento en las últimas jornadas de enfermería celebradas por la de la de la Sociedad Española de Oncología Quirúrgica (SEOQ) en la capital, cuenta que esta técnica aporta varias ventajas a estos pacientes:
- La vaporización presurizada, que es la base de esta técnica y lo que la hace más novedosa, proporciona una distribución más homogénea del agente quimioterápico y una mayor penetración en los tejidos
- La administración intraperitoneal proporciona una mayor concentración intratumoral y poca toxicidad sistémica
- Abordaje mínimamente invasivo, laparoscópico, nos da la posibilidad de repetir el tratamiento en ciclos, tiene muy baja morbilidad, y mejora la calidad de vida del paciente.
UN TRATAMIENTO PALIATIVO
Con ello, esta enfermera del MD Anderson señala que la diferencia fundamental con la HIPEC, otro procedimiento que emplea quimioterapia en la cavidad abdominal, es que PIPAC es un tratamiento paliativo, de momento; mientras que HIPEC es curativo. "Además, PIPAC tiene muchas menos complicaciones, menos morbilidad, los pacientes están ingresados como media un par de días, gracias fundamentalmente al abordaje mínimamente invasivo", apostilla.
Como diferencias importantes entre ambos también señala que la PIPAC se puede administrar en ciclos. "Es muy segura para el personal de quirófano, ya que durante la administración de la quimioterapia el personal sale del quirófano y se realiza de manera remota", añade.
UNA TÉCNICA MUY PROTOCOLIZADA
Es más, destaca que se trata de una técnica que está muy protocolizada, con un 'check list' muy exhaustivo que se realiza antes, durante, y después de la administración del tratamiento. "Esto nos aporta mucha seguridad tanto al paciente como al personal", agrega.
Según relata esta enfermera, en el Centro MD Anderson Cancer Center se inició la implantación de esta técnica en 2017, cuando la doctora Ortega consiguió la acreditación. Después dice que ellos fabricaron su modelo experimental, con un importante trabajo en equipo, y en el que "enfermería jugó un papel muy importante en todo el proceso", hasta su primer paciente en 2018.
En última instancia, Isabel Gómez Porras destaca la importancia de los cuidados paliativos, así como la de mejorar la calidad de vida de estos pacientes, además de investigar y aplicar procedimientos y técnicas que les aporten esperanza de vida, especialmente porque muchos de ellos "vienen de tratamientos largos y tediosos".