MADRID, 25 Jul. (EUROPA PRESS) -
La mayoría de las personas desconocen qué hacer si, de repente, alguien a nuestro alrededor sufre una parada cardiorespiratoria. Esta situación que a nadie le gustaría vivir puede producirse en cualquier momento si tenemos en cuenta que en España se produce una media anual de 24.000 paradas cardiacas. Y que, lamentablemente, la inmensa mayoría de ellas se producen lejos de un hospital, sobre todo en el domicilio o en recintos públicos, donde no suele haber personal sanitario que pueda ayudar en la reanimación.
Esta situación deja en manos de la población adulta una primera atención, sin embargo la mitad no sabe identificar una parada cardiorrespiratoria y, según los datos de la Fundación Española del Corazón, el 70% no solo desconoce cómo hacer la reanimación, sino que admite que tampoco sabría cómo actuar si presencia un accidente de estas características.
La parada cardiorespiratoria causa alrededor de 1.000 muertes diarias en Europa, y si se sobrevive el tiempo de atención es fundamental para reducir las posibles secuelas. Un ejemplo, el riesgo de lesión cerebral aumenta un 10 por ciento cada minuto transcurrido tras este episodio, pudiendo padecer el paciente hemiplejia, déficit de memoria, de habla o de movilidad de manera temporal o incluso irreversible.
Lo cierto es que estas cifras podrían ser menores si la población tuviera mayor conocimiento sobre las técnicas de reanimación cardiopulmonar (RCP), ya que aplicarlas o usar un desfibrilador semi automático en los primeros 5 minutos puede aumentar hasta un 60 por ciento la supervivencia y evitar las lesiones.
Para hacernos una idea, según afirman organismos internacionales, para que la supervivencia por paro cardíaco aumente alrededor del 20 por ciento de la población debería estar formada en técnicas de resucitación cardiopulmonar, lo que en España equivale a formar a nueve millones de personas, según los datos del Consejo Español de Resucitación Cardiopulmonar (CERCP).
CÓMO RECONOCER UN PARADA CARDIORESPIRATORIA
Hay que tener en cuenta que una parada cardiorespiratoria puede producirse, además de por un ataque cardíaco, por hipotermia profunda, shock, traumatismo cráneo encefálico, electrocución, hemorragias severas, deshidratación o parada respiratoria. Cruz Roja da tres claves para reconocerla:
- Una pérdida de consciencia que no se recupera en breve tiempo y no responde a estímulos.
- Respiración anormal o ausencia de respiración.
- El tercer signo que presenta la víctima es la ausencia de pulso a nivel de la arteria carótida (cuello) o ausencia de signos circulatorios (tos, nauseas, movimientos). La presencia o ausencia de pulso en esta arteria es un signo clínico difícil de detectar si no se está correctamente entrenado. Por este motivo la población general (no profesionales) no debe pararse a valorar la existencia o no de pulso.
CÓMO SALVAR UNA VIDA
Lo ideal es haber tenido formación en reanimación cardiopulmonar, y lo deseable es que ésta comience en la escuela. No obstante, la Fundación Española Corazón dentro de su campaña 'Salvar 1 vida' puso en marcha una serie de recomendaciones que recogemos en Infosalus:
1. Reconocer si el paciente ha sufrido una parada cardiaca. Alguien pierde el conocimiento, se desmaya, no se mueve y no responde a nuestras palabras ni estímulos físicos. Tenemos que acercarnos mucho y comprobar que:
- El tórax no se mueve.
- No sale aire por la boca ni la nariz (con 10 segundos de observación es suficiente para saberlo).
2. Avisar al número de emergencias 112. La línea de teléfono gratuita para situaciones de emergencia. Al operador debemos explicarle que estamos junto a un paciente que ha perdido el conocimiento y que no respira. También es necesario describirle la ubicación de forma concreta para que la ambulancia pueda localizarnos rápidamente: dirección exacta, punto kilométrico, etc.
3. Empezar el masaje cardiaco. La situación deseable es que haya varias personas para repartirse las funciones, así mientras uno llama al 112, el otro comenzará el masaje cardiaco.
- El masaje cardiaco se realiza solo con las manos: colocado el paciente boca arriba sobre el suelo, ponte de rodillas con los brazos extendidos sin doblar los codos (hombros perpendiculares al punto de masaje, y la espalda recta) y comienza a comprimir el centro del pecho (mitad inferior) con ambas manos entrelazadas a un ritmo de 100 por minuto.
-El objetivo es hacer bajar el tórax 5 centímetros en cada compresión. Es conveniente que varias personas se alternen en estas maniobras para mantener un ritmo constante hasta que lleguen los servicios de emergencias.
DESFIBRILADOR
En muchos lugares públicos existen desfibriladores semiautomáticos que reconocen la arritmia y proporcionan instrucciones precisas a la población sobre lo que debe hacer por medio de una locución. El proceso consiste en colocar unas pegatinas en el pecho del paciente (donde indican las instrucciones) y esperar a que el aparato indique si hay que realizar o no una descarga.
En caso afirmativo, es importante no tocar al paciente y confirmar la descarga en el botón correspondiente. A continuación, reanudar el masaje cardiaco hasta que lleguen los servicios de emergencias.
VENTILACIÓN
Además, dependiendo del lugar donde nos encontremos y de la presencia de individuos con conocimientos de primeros auxilios, también podemos tomar emprender otras acciones complementarias. Tras unos minutos realizando masaje, y sobre todo si alguna persona que está entrenada en reanimación o tiene formación sanitaria, se puede realizar con el boca a boca.
Para hacerlo, hay que tapar la nariz del paciente e insuflar aire en su boca a un ritmo de 2 ventilaciones por cada 30 compresiones. Para comprobar si esta maniobra resulta efectiva hay que observar si su pecho se eleva.