MADRID 10 Jul. (EUROPA PRESS) -
BBVA y Fad Juventud, a través de la iniciativa Educación Conectada, han lanzado el videotutorial 'Qué hacer si descubres a tu hijo o hija viendo porno', con el objetivo de ofrecer a las familias con hijos e hijas preadolescentes y adolescentes herramientas prácticas y consejos útiles para afrontar la conversación sobre la pornografía en casa.
El videotutorial aborda cuestiones como el tipo de pornografía accesible a los jóvenes, la efectividad del control parental y cómo repercute el consumo de porno en el desarrollo afectivo-sexual, proporcionando un apoyo valioso para las familias en esta tarea educativa.
El vídeo, accesible a través de la web de Educación Conectada, señala los temas que es necesario que los padres hablen con sus hijos en torno a la pornografía. Entre ellos, destaca que se les explique que se trata de un contenido ficticio que muestra el sexo de una manera poco realista y estereotipada, así como que observen cómo se perpetúan roles de género, donde la mujer es el objeto pasivo y el hombre el dominante.
Además, deben saber que la pornografía heterosexual se centra demasiado en la sexualidad del placer masculino y en el coito, dejando el placer femenino en un lugar secundario. También advierte que pueden aprender prácticas sexuales de riesgo, como relaciones sexuales basadas en la cosificación, la violencia en la pareja, difusión de contenido íntimo y prácticas sexuales sin protección, y que se muestran relaciones sexuales descontextualizadas, sin afecto, comunicación, consentimiento, ni negociación.
En los últimos años, el consumo de pornografía por parte de niños y adolescentes ha generado una creciente preocupación debido a sus efectos perjudiciales sobre el desarrollo afectivo-sexual adolescente y sobre su forma de entender la sexualidad. Para combatir este desafío, es esencial la implicación de todos los actores de la sociedad y la regulación del acceso a estos contenidos a edades tempranas.
Sin embargo, la piedra angular para afrontar esta problemática debe ser una adecuada educación afectivo-sexual proporcionada en el hogar. De esta manera, los jóvenes deben comprender la diferencia entre la ficción exagerada de la pornografía y las relaciones sexuales reales y saludables. Los padres deben estar preparados para abordar estos temas de manera abierta y honesta, proporcionando a sus hijos las herramientas necesarias para entender y cuestionar los contenidos que encuentran en línea.