MADRID 10 Feb. (EUROPA PRESS) -
Limpiarse las manos después de haber ojeado la carta, y no antes, ya que al pasar las cartas de menús de mano en mano continuamente tienen un mayor riesgo de albergar agentes infecciosos, es una de las recomendaciones ofrecidas por el catedrático de Microbiología de la Universidad del País Vasco, Guillermo Quindós, durante la inauguración de la Semana de las Humanidades de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao.
Además, el experto ha recordado la obligación de lavarse las manos después de ir al servicio, en cualquier caso. En este sentido, ha puesto de manifiesto que según diversos estudios parece que las toallitas de papel desechables "muestran ser más útiles en la disminución de la carga microbiana que los secadores de aire. Incluso, estos aparatos, si son de gran potencia, "pueden esparcir los agentes biológicos patógenos hasta en un radio de dos metros", ha agregado.
Y es que, según el doctor, enfermedades tan habituales en las sociedades desarrolladas económicamente como diarreas, gripe, catarro, pie de atleta, infecciones en diversas partes del cuerpo u otras patologías menos frecuentes como enfermedades venéreas, hepatitis, el cólera o las fiebres tifoideas son sólo algunas de las consecuencias de, en muchos casos, descuidar la higiene.
En este punto ha hecho hincapié en que tanto desde un punto de vista personal, como en el trabajo, "es necesario mantener una consciencia de que la contaminación por agentes infecciosos patógenos, incluyendo en ella a la que se produce por la ruta fecal-oral, sigue estando presente en el día a día de una forma más frecuente de la que nos imaginamos".
MÁS DE LA MITAD DE LOS SANITARIOS SE LAVA LAS MANOS INSUFICIENTEMENTE
El profesor Quindós ha señalado que "más de la mitad de los profesionales sanitarios no se lava las manos con la frecuencia que debería". En este sentido, ha incidido en que el estar en contacto con personas enfermas o el simple hecho de ir al servicio obliga a lavarse las manos con frecuencia. En cuanto a los problemas de sensibilidad que presentan algunos profesionales sanitarios a causa de un lavado frecuente de manos, existen productos específicos, como cremas, "que han demostrado su eficacia para atenuarlos".
Por otro lado, el especialista ha hablado de las medidas higiénicas en las casas. "El fregadero, el inodoro, la esponja, el teclado del ordenador o, incluso, el mando a distancia y el móvil, acumulan una mayor contaminación bacteriana dentro de los hogares. Por ello, se ha de tener presente un mayor esfuerzo en su limpieza y en la propia higiene al haber estado en contacto con ellos", ha aclarado.
De igual modo, "en la cocina se han de seguir las normas básicas de manipulación de alimentos, tanto en su conservación, como en su tratamiento y en la limpieza. Por ejemplo, en las tablas de corte, y en los cuchillos empleados con ellas, se ha de evitar la mezcla de alimentos vegetales y cárnicos, alimentos crudos y procesados, etc.". Según ha asegurado, "la medida más sencilla que tenemos a nuestro alcance para disminuir el riesgo de infecciones es lavarnos las manos siempre que estemos en contacto con focos de infección evidentes".
Asimismo, en el caso de las personas que padecen gripe o catarros, "la propagación de infecciones por vía aérea aconseja que, después de ponernos las manos delante de la boca tras estornudar o toser, nos lavemos las manos para evitar la transmisión de virus", ha indicado añadiendo que es preciso deshechar los pañuelos que se usan para sonarse la nariz para reducir el riesgo de contagio por el aire a otras personas de nuestro entorno".
Finalmente, refiriéndose a quienes beben del mismo vaso o botella o fuman del mismo cigarrillo o pipa, "algo habitual en las nuevas formas de ocio juvenil nocturno", ha advertido que existe la posibilidad de intercambiar microorganismos potencialmente patógenos, tanto bacterias como virus que pueden permanecer viables en las superficies contaminadas con saliva.