MADRID, 17 Nov. (EUROPA PRESS) -
El principal factor que determina el uso de pseudoterapias en la población española es la confianza en su eficacia, independientemente de la valoración de su validez científica, según un estudio de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), el CIBER de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP), el Instituto Mixto de Investigación ENS y UNED (IMIENS) y el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII).
"En estudios previos se había sugerido que un factor importante que motivaba el uso de pseudoterapias era la apariencia científica de estos tratamientos", ha explicado Gregorio Segovia, investigador del Departamento de Fisiología de la UCM y uno de los autores del trabajo, que se ha publicado en la revista científica 'International Journal of Public Health'.
Esta falsa imagen de terapias avaladas científicamente, según el experto, se construye a partir de su presencia en los medios de comunicación, de su prescripción médica o de su venta en farmacias junto a medicinas que sí cuentan con evidencia científica de su utilidad.
"Sin embargo, los resultados de nuestro estudio muestran que el principal factor es la confianza en su eficacia, lo que sugiere que la apelación a la validez científica podría ser una justificación 'a posteriori' de su uso", ha razonado.
Para llevar a cabo el trabajo, los investigadores analizaron la Encuesta de Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología (EPSCYT) de 2018, realizada por la Fundación Española de la Ciencia y la Tecnología (FECYT).
Esta encuesta, que incluye un total de 5.200 personas, es representativa de la población residente en España. La edición de 2018 fue la primera edición que contó con preguntas sobre el uso de pseudoterapias como la homeopatía o la acupuntura junto a otras sobre actitudes ante la ciencia y la medicina.
"La novedad de este trabajo respecto a los análisis hechos de ediciones anteriores de la encuesta es que se utilizaron modelos de regresión multivariantes que permiten identificar el efecto independiente de cada una de las variables incluidas en el modelo sobre el uso de pseudoterapias", ha explicado Belén Sanz, investigadora investigadora del ISCIII.
Otro de los resultados que destacan del análisis es que la prevalencia del uso de pseudoterapias fue mayor en mujeres (24,9%) que en hombres (14,2%) y que las motivaciones para su confianza son diferentes.
Mientras que para ellas la mala salud percibida incrementa la probabilidad de su uso, en ellos lo hace la percepción de baja calidad del sistema sanitario.
"Las pseudoterapias pueden suponer un riesgo para la salud a pesar de su imagen de tratamientos libres de riesgos o efectos secundarios. Identificando aquellas percepciones que promueven su utilización, pretendemos ayudar al desarrollo de estrategias eficaces dirigidas a la reducción de su uso", ha concluido Gregorio Segovia.