MADRID 3 Dic. (EUROPA PRESS) -
El director general de San Juan de Dios España, Juan José Afonso, ha destacado el modelo de la institución respecto al acompañamiento y cuidado de las personas discapacitadas, que comienza en la infancia, permitiendo su integración social y laboral, así como el apoyo que proporciona en la vejez, todo ello en un ambiente digital, por lo que desde la orden hospitalaria defiende incluir las competencias tecnológicas dentro de su formación personal y social.
"(El modelo) permite el acompañamiento, cuidado y apoyo de estas personas desde la infancia, facilitando su integración social y laboral en la vida adulta y apoyo durante el envejecimiento, con programas de prevención de la enfermedad y promoción del bienestar físico y emocional", ha explicado Afonso.
En ese sentido, ha resaltado que su centros apuestan por adaptarse a las necesidades de estas personas "en cada etapa de su vida y no al revés", unas necesidades que han evolucionado a lo largo del tiempo, al igual que el perfil de las personas con discapacidad, que han ido acordes a los cambios de la sociedad, según un comunicado.
La mayor esperanza de vida de estas personas es uno de estos principales cambios, por lo que cada vez son más aquellos que necesitan un apoyo específico en esta etapa, que llega "20 años antes que en el resto de la población", tal y como ha explicado la coordinadora del Ámbito de Discapacidad de San Juan de Dios España, Marta Campos.
"Hablamos de un proceso de envejecimiento que comienza a los 45 años, incluso antes en determinados grupos como son las personas con Síndrome de Down, en cuyo caso se inicia a los 35 años", ha añadido, expresando que se debe prestar atención a los modelos de transición entre la infancia y la vida adulta, y de esta a la vejez, pues sus necesidades suelen variar.
Del mismo modo, el perfil de los niños con algún grado de discapacidad también ha evolucionado, pues cada vez nacen menos niños con cromosomopatías (por el cribado genético), mientras que cada vez hay más casos con trastornos del espectro autista, que puede ser explicado por "el alto porcentaje de prematuridad y una mayor precisión diagnóstica, que permite la detección de estos trastornos incluso antes de los 18 meses del nacimiento".
Campos también ha explicado que estos niños crecen en un mundo digital del que se pueden beneficiar, pero que "les exige" competencias tecnológicas que deben contemplarse como un aspecto más dentro de su formación personal y social que, en el caso de San Juan de Dios, se contempla tanto su integración sociolaboral como sus necesidades y decisiones respecto a "cómo quieren vivir su vida".
De hecho, el modelo de Atención Temprana en San Juan de Dios Andalucía incluye el uso de comunicadores desde los dos años y medio para los niños con grandes dificultades de comunicación verbal, lo que favorece su desarrollo e integración de cara al colegio.
"Hoy, nuestros niños son tecnológicos y tenemos que satisfacer esta demanda (...) Buscamos que los niños adquieran habilidades, competencias y destrezas que, después faciliten su participación como ciudadanos de pleno derecho", ha señalado Campos, en referencia a los objetivos durante la etapa infantil.
La orden también ha resaltado el proyecto Aula Futuro, un espacio dividido en varias zonas de aprendizaje y dotados de distintas herramientas digitales, robótica y aplicaciones, donde los alumnos se benefician de un cambio metodológico que favorece y estimula el proceso de enseñanza aprendizaje adaptado a sus necesidades educativas especiales.
ETAPA ADULTA
Cuando estas personas cumplen 21 años, necesitan una mayor atención de otra serie de cuestiones, en función de sus capacidades, por lo que los pacientes pueden optar por modelos de convivencia en residencia, que organizan la atención a pequeña escala en el espacio del hogar, armonizando lugares para la intimidad con otros para el intercambio social, y dando protagonismo a las relaciones interpersonales; o en viviendas en la comunidad, tanto supervisadas como tuteladas.
De cualquier forma, estos modelos se adaptan a la persona y se favorece la integración laboral, siempre teniendo en cuenta sus capacidades y preferencias.
San Juan de Dios también cuenta con programas dirigidos a prevenir el envejecimiento prematuro de estas personas, promoviendo un envejecimiento "activo y saludable" a través de actividades deportivas, hábitos saludables, la horticultura, el teatro o la estimulación sensorial y cognitiva.
"Las personas mayores también tienen proyectos de vida y quieren seguir tomando decisiones al respecto. En este sentido, los centros de San Juan de Dios van adaptando sus servicios a las necesidades que van surgiendo con el paso de los años", reza el documento.
Cabe destacar que las personas discapacitadas que viven en pisos tutelados pueden seguir haciéndolo cuando son mayores, momento en el que pasan a recibir apoyo profesionalizado de acuerdo a sus necesidades, así como otros servicios como limpieza o suministro de comida y bebida, de forma que pueden continuar viviendo en su comunidad y entorno.
Las residencias de la institución se han ido adaptando a estas nuevas necesidades de bienestar físico, emocional, social o personal de las personas más mayores, que se coordinan con los centros de día para ofrecer atención individualizada adaptada a las mismas.
La cuestión de la salud mental en este tipo de pacientes también está incluida en el modelo de San Juan de Dios, pues se estima que un 33 por ciento de ellos padece problemas de este tipo, todo ello a través de un abordaje especializado.