MADRID 5 Feb. (EUROPA PRESS) -
El 83 por ciento de los 115 ensayos clínicos impulsados por el Departamento de Oncología Médica que están en marcha ahora mismo dentro del Cancer Center Clínica Universidad de Navarra (CCUN) gira en torno al avance en estas terapias avanzadas, un auténtico punto de inflexión en el tratamiento oncológico, es decir, a la investigación de la segunda generación de la inmunoterapia.
La inmunoterapia, basada en la estimulación del sistema inmunitario para combatir el tumor, ya ha conseguido mejorar el pronóstico -o, al menos, dar un claro beneficio clínico- a los pacientes de tumores, como el de pulmón, hematológicos, vejiga o de piel, entre otros.
Sin embargo, todavía existen otros frente a los que no genera una buena respuesta o su eficacia es menor con el tiempo, mientras pierden sensibilidad en la potencia de su alcance. En las respuestas a esos porqués trabajan los especialistas compaginando la asistencia con su faceta investigadora.
"Como publicaba 'The Lancet' en su portada de enero, los ensayos clínicos deben tener por objetivo la supervivencia global y la mejora de la calidad de vida de los pacientes con cáncer. Por eso, ahora estamos apostando por esta inmunoterapia de segunda generación que nos permita encontrar los mecanismos que expandan su eficacia a más cánceres y, por ende, a más pacientes", señala el coordinador de ensayos clínicos del CCUN, el doctor Eduardo Castañón.
Este nuevo paradigma en la investigación oncológica se dirige hacia cuatro líneas prioritarias. La primera es encontrar nuevas dianas terapéuticas que expliquen por qué hay pacientes que dejan de responder a la terapia o por qué no responden nunca. Asimismo, se están estudiando nuevas vías de administración, como el acceso intratumoral -que permitiría modificar el microambiente afectado de manera directa por el cáncer y podría generar una respuesta sistémica a distancia- y, por otra parte, nuevas formulaciones en combinación con la quimioterapia.
Por último, se investiga en las terapias dirigidas para actuar sobre el sistema inmunitario y sobre los mecanismos moleculares que las células tumorales tienen para subsistir.
"Empezamos a contar con datos que nos explican por qué hay ocasiones en las que la inmunoterapia no funciona o qué moléculas se están expresando en los pacientes que no responden. Con esta información, y los estudios abiertos, intentamos entender cómo conseguir esa ventaja en pacientes en los que el sistema inmune tiene que formar parte de la respuesta", añade el coordinador de ensayos clínicos del CCUN en la sede de Pamplona, el doctor Mariano Ponz-Sarvisé.
En esta línea de combinación de fármacos inmunoterápicos, el CCUN tiene abierto el ensayo clínico GEMINI, dirigido a pacientes con cáncer hepatobiliar avanzado. Con este estudio de investigación se busca mejorar su eficacia, además de mostrar la seguridad de estos nuevos inmunomoduladores.
"Con carácter multicéntrico, destaca el esfuerzo que se está realizando para conseguir aumentar el beneficio de la inmunoterapia en combinación en el caso del hepatocarcinoma, así como el empeño por avanzar en los resultados de la inmunoterapia junto a la quimioterapia entre los pacientes con colangiocarcinoma", resalta el doctor Ponz-Sarvisé.
La puesta en marcha de nuevos ensayos clínicos facilita que los pacientes "accedan a fármacos que potencialmente pueden ser beneficios para ellos, dándoles la oportunidad de un tratamiento que de otra manera quizá tardarían entre cinco y diez años en ser aprobados".
Esta posibilidad la vivió Paloma Espada hace 17 años, cuando le diagnosticaron un melanoma de estadio IV. En 2006 se puso en manos de los oncólogos de la Clínica en Pamplona. Hoy, gracias al éxito progresivo de tres ensayos clínicos diferentes, sigue siendo paciente en la sede de Madrid, aunque "con expectativas muy altas, porque no hay evidencias de enfermedad residual", según destaca su médico, el doctor Eduardo Castañón.