Síndrome coronario agudo: cambios en el tratamiento según la nueva guía ACC/AHA 2025

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MADRID 28 Feb. (EUROPA PRESS) -

El síndrome coronario agudo (SCA) es un conjunto de afecciones cardiovasculares graves que incluyen el infarto de miocardio y la angina inestable, causadas por una reducción repentina del flujo sanguíneo al corazón. Estas condiciones representan una de las principales causas de muerte en el mundo, lo que hace esencial la actualización constante de los protocolos.

En respuesta a los avances científicos recientes, el Colegio Estadounidense de Cardiología (ACC) y la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA), en colaboración con otras organizaciones médicas, han publicado la Guía 2025 para el Tratamiento del Síndrome Coronario Agudo. La guía incorpora nueva evidencia y recomendaciones actualizadas para mejorar la calidad de la atención y los resultados.

La Guía se publica simultáneamente en 'JACC', la revista insignia del Colegio Estadounidense de Cardiología, y en 'Circulation', la revista insignia de la Asociación Estadounidense del Corazón .

Además del Colegio Estadounidense de Cardiología y la Asociación Estadounidense del Corazón, la guía se redactó en colaboración con y con el respaldo del Colegio Estadounidense de Médicos de Emergencias (ACEP), la Asociación Nacional de Médicos de Servicios Médicos de Emergencias Médicas (NAEMSP) y la Sociedad de Angiografía e Intervenciones Cardiovasculares (SCAI).

El síndrome coronario agudo incluye un grupo de afecciones cardiovasculares agudas que se definen por una reducción repentina del flujo sanguíneo al músculo cardíaco, que se manifiesta con síntomas como dolor en el pecho, falta de aire y mareos.

Las afecciones asociadas al SCA incluyen angina inestable (dolor en el pecho) e infarto de miocardio (IM o ataque cardíaco), que puede ocurrir cuando una placa de colesterol inestable en la arteria coronaria se erosiona o se rompe, lo que da como resultado la formación de coágulos sanguíneos que reducen o bloquean por completo el flujo sanguíneo al músculo cardíaco. Cada año, más de 800.000 personas en los Estados Unidos sufren un ataque cardíaco.

"Los pacientes con síndrome coronario agudo tienen el mayor riesgo de complicaciones cardiovasculares tanto agudas como crónicas, lo que pone de relieve la importancia de mantenerse actualizado sobre la evidencia más reciente presentada en esta guía", detalla Sunil V. Rao, director de Cardiología Intervencionista en NYU Langone Health (Estados Unidos) y presidente del comité de redacción de la guía.

La guía se centra en el tratamiento de la angina inestable y el infarto de miocardio, tanto el infarto de miocardio sin elevación del segmento ST (NSTEMI) como el infarto de miocardio con elevación del segmento ST (STEMI). Las recomendaciones reflejan la mejor evidencia para respaldar el tratamiento y el manejo del SCA, incluida la atención farmacológica y procedimental actualizada.

La terapia antiplaquetaria dual (DAPT), que comprende aspirina más un inhibidor de P2Y12, ya se recomienda para personas con SCA. Si bien reduce el riesgo de infarto de miocardio recurrente, puede aumentar el riesgo de sangrado en algunos pacientes. La DAPT se recomienda durante al menos 12 meses después del alta hospitalaria para pacientes con bajo riesgo de sangrado; se recomiendan varias estrategias para pacientes con un mayor riesgo de sangrado.

Asimismo, la guía destaca la importancia del abordaje radial (muñeca) en lugar del abordaje femoral (ingle) para la intervención coronaria percutánea (ICP) en pacientes con SCA, con el fin de reducir el riesgo de sangrado, complicaciones vasculares y muerte. Como reflejo de la evidencia más reciente, la obtención de imágenes intravasculares para guiar el procedimiento de ICP es ahora una recomendación de clase 1, nivel de evidencia A.

Se estima que aproximadamente el 10% de los pacientes con SCA e IAM agudo sufren un shock cardiogénico, una afección potencialmente mortal en la que el corazón no puede bombear suficiente sangre para satisfacer las necesidades del organismo. Si bien el shock cardiogénico es poco común, algunos estudios indican que se asocia con una tasa de mortalidad temprana del 40% al 50%.

La guía proporciona recomendaciones importantes para el tratamiento del shock cardiogénico: la revascularización rápida es fundamentalmente importante y la guía continúa dándole una recomendación de clase 1. Se incorporan datos de ensayos clínicos recientes, así como la consideración de nuevas terapias, como la bomba de flujo microaxial, según los beneficios y riesgos para cada paciente.

Finalmente, la guía recuerda que la prevención secundaria tras un SCA, centrada en reducir la progresión, la recurrencia o las complicaciones, es fundamental en el proceso de recuperación.