MADRID, 22 Ago. (EUROPA PRESS) -
La adherencia a las terapias recomendadas tras un episodio cardiovascular se asocia a una mejora de los resultados del paciente y a un ahorro de costes sanitarios, a pesar de que solo el 43 por ciento de las personas que sufren un infarto son totalmente adherentes, según los resultados del estudio 'MINERVA' elaborado por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III (CNIC) y publicado en la revista 'The Journal of the American College of Cardiology'.
La investigación ha analizado la asociación existente entre la adherencia al tratamiento farmacológico y los eventos cardiovasculares adversos a largo plazo en pacientes que han sufrido un infarto de miocardio o que padecen enfermedad aterosclerótica.
"Los pacientes son más estrictos con el seguimiento de los tratamientos inmediatamente después de haber sufrido un accidente cardiovascular. Sin embargo, a medida que transcurre el tiempo y por causas como el coste de los medicamentos o debido al número de pastillas que deben tomar, la adherencia a los regímenes es menor", ha explicado el director del CNIC, el doctor Valentín Fuster.
Los resultados "demuestran que el sencillo acto de tomar la medicación de forma rigurosa podría reducir significativamente los eventos secundarios en pacientes, algo que además podría mejorar la situación de la persona y reducir los costes asociados al tratamiento", añade el doctor, quién también es director del Instituto Cardiovascular Zena y Michael A. Wiener del Icahn School of Medicine del Mount Sinai Medical Center de Nueva York.
RESULTADOS: MAYOR ADHERENCIA, MENOR RIESGO CARDIOVASCULAR
Las estadísticas más recientes muestran que la enfermedad cardiovascular con patología aterosclerótica es la primera causa de muerte en EE.UU. y en España es causa de 124.000 muertes anuales. No obstante, casi la mitad de pacientes no se adhiere al tratamiento prescrito a los dos años de haber sufrido el evento.
De las más de 4.000 personas que habían sufrido un infarto, el estudio ha revelado que solo el 43 por ciento es totalmente adherente al tratamiento, mientras que el 31 por ciento es parcial y el 26 por ciento no adherente. Los resultados muestran que para obtener beneficio clínico, los pacientes deben presentar niveles de adherencia por encima del 80 por ciento. De hecho, han presentado una disminución del riesgo del 19 por ciento y, además, se ha conseguido reducir el coste directo derivado de las hospitalizaciones y revascularizaciones.
Respecto a los pacientes con enfermedad aterosclerótica, la adherencia plena es de tan solo 34 por ciento, mientras que el beneficio tras un seguimiento médico es del 44 por ciento comparado con los pacientes no adherentes.
"El hecho de que menos de la mitad de los pacientes sean adherentes a los medicamentos que pueden salvar su vida poco después de su ataque al corazón, pero que únicamente un tercio siga tomando sus medicamentos religiosamente, define la magnitud de este problema", ha declarado el profesor adjunto del Icahn School of Medicine del Mount Sinai Medical Center, el doctor Sameer Bansilal.
PREVENCIÓN: POLIPÍLDORA
"Estos resultados plantean cuestiones sobre qué debemos hacer los cardiólogos y otros profesionales para asegurar la adherencia del paciente a los tratamientos recetados. La orientación y la vigilancia estrecha del paciente mejoraría la adherencia, pero estas intervenciones son complicadas", ha indicado el doctor Fuster.
"Los modelos de predicción indican que las intervenciones que reducen la cantidad de pastillas de los pacientes, en concreto la polipíldora CV para la prevención secundaria, utilizada en combinación con otras estrategias son una prometedora herramienta para mejorar la adherencia y, en última instancia, los resultados del paciente", añade.
La polipíldora CV es un medicamento que combina tres fármacos: un antiagregante plaquetario para evitar la formación de trombos; ácido acetisalicílico para controlar el colesterol y estabilizar la placa de ateroma, y un inhibidor de la ECA que evite el remodelado del corazón que se produce tras un infarto.
"El doctor Fuster, sus co-autores y muchos otros investigadores del área cardiovascular sugieren que los pacientes podrían beneficiarse de una polipíldora CV para mejorar la adherencia, reducir el riesgo de eventos cardiovasculares mayores a largo plazo adicionales y ahorrar costes", ha señalado la directora corporativa de Licencias y Desarrollo de Negocios de Ferrer Internacional, Olga Fidalgo.