MADRID, 6 Jun. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del proyecto CIBERESUCICOVID, financiado por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), han demostrado que el test rápido de antígeno, el que se usa para diagnosticar la enfermedad en muestra respiratoria, puede servir también para predecir la mortalidad a 90 días en pacientes hospitalizados por COVID-19, cuando el test da positivo en muestras de plasma.
Se trata de un estudio con 600 pacientes COVID-19 hospitalizados en el Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid y en el Hospital Arnau de Vilanova-Santa María de Lleida durante la segunda y tercera olas pandémicas, que ha sido publicado en 'Clinical Microbiology and Infection'.
"Los pacientes que presentan antígeno N positivo en plasma (antigenemia) al ingreso en el hospital, tienen el doble de riesgo de morir en los siguientes tres meses que los que son negativos en este test" asegura Jesús Bermejo, investigador del IBSAL y del Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid, así como responsable de este subestudio de CIBERESUCICOVID.
Además "este estudio demuestra que no estamos aprovechando toda la potencialidad del test rápido de antígeno en el manejo del paciente COVID", asegura Ferrán Barbé, director científico del CIBERES en el Hospital Arnau de Vilanova.
Según los investigadores "la implementación en la rutina diagnóstica del test de antígeno en plasma sería sencilla y el test podría dar información muy útil para identificar a los pacientes con peor pronóstico". "Estos resultados apoyan que la clave de la COVID-19 grave está en la incapacidad del paciente para controlar la replicación del virus", apunta Antoni Torres, investigador principal del estudio CIBERESUCICOVID y jefe de grupo del CIBERES en el Hospital Clínic de Barcelona.
Los hallazgos abren la puerta a investigar el papel de la diseminación de material del virus a la sangre en el síndrome post-COVID-19 Y en la actualidad, el grupo está ahora evaluando la utilidad del test de antígeno en plasma en el Servicio de Urgencias. Este trabajo refuerza los hallazgos previos de CIBERESUCICOVID, que desde el principio de la pandemia demostró que la presencia de material del SARS-CoV-2 en la sangre está intrínsecamente relacionada con la gravedad de la COVID-19.