MADRID, 28 Ago. (EDIZIONES) -
A los padres les inquieta mucho que sus hijos puedan iniciarse en el consumo de sustancias o incluso que puedan desarrollar una adicción. Actualmente, cuando hablamos del entorno familiar, las adicciones más habituales en los hijos están relacionadas con la tecnología, sobre todo con las redes sociales, y también se ha observado un incremento importante en la adicción del juego, en las apuestas deportivas, que se han normalizado mucho en la población joven, aunque conllevan cierto peligro.
Así lo asegura en una entrevista con Infosalus José Antonio Molina Del Peral, psicólogo sanitario miembro del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, doctor en Psicología, además profesor de la Universidad Complutense de Madrid y autor de varios libros.
Después, dice que se encontraría el consumo clásico de tabaco, aunque ahora, según precisa, se está viendo un cambio tanto en tendencia por género, hay un mayor consumo de chicas, pero sobre todo en el tipo, ahora más vapeadores, "que también conllevan un riesgo importante pero que en población joven y adolescentes se infravalora"; aparte del consumo de las típicas drogas de iniciación, como son el alcohol y los derivados del cannabis.
CÓMO SOSPECHAR DE UNA ADICCIÓN
Aquí difiere el psicólogo el consumo de un cuadro adictivo, porque por el hecho de que un menor consuma una sustancia, se inicie en el consumo no quiere decir que vaya a desarrollarse un cuadro adictivo.
"Una persona se puede volver adicta cuando el consumo altera varias áreas de la vida, cuando pierdes el control, cuando alteras valores importantes para ti, generas una tolerancia y cada vez debes consumir más para lograr el efecto deseado; y esto es más en el largo plazo. No es tan habitual. Sí hay población joven que ya desarrolla cuadros adictivos casi en los inicios, pero lo normal es un uso y a veces un abuso, pero esto no quiere decir que tengas dependencia o adicción sobre una sustancia, o bien a las tecnologías o al juego", remarca.
Sobre como sospechar esa adicción insiste Molina en que debe verse en conjunto, y no valorar cuestiones aisladas, como que nuestro hijo tenga los ojos rojos, posible indicador de consumo de cannabis, pero también que tenga alergia o haya llorado porque le ha dejado su pareja.
"Sí hay indicadores que sumados pueden hacernos sospechar, cambios en grupos de iguales, cambios en las relaciones, solicitar más dinero sin ninguna justificación aparente, alteración en sueño o alimentación, no querer ir al médico porque le pueden pillar, más suspensos o ausencias en el cole. Pero sobre todo observar el tema económico, pero también elementos necesarios para el consumo, como papelinas para el cannabis o turulos para esnifar cocaína, por ejemplo. Puede haber un compendio de cosas que pueden hacer sospechar de que hay algún problema adictivo", detalla este miembro del COP.
LAS DROGAS, ESPECIALMENTE PELIGROSAS EN LOS MENORES
Aprovechamos esta entrevista para preguntar a José Antonio Molina por qué son especialmente peligrosas las drogas en los jóvenes, a lo que contesta que, sobre todo, porque los adolescentes viven el presente y les cuesta ver las posibles consecuencias que puedan derivarse del consumo.
"Las sustancias te producen un enganche. Si en edad adulta cuesta darse cuenta de esto, cuando eres joven es más complicado. Tú, ¿cómo te vas a enganchar a esto? Vives más el presente, ni contemplas las consecuencias negativas que te pueda generar. Incluso el consumo de drogas puede tener repercusiones en el desarrollo del cerebro, aún en formación en esta etapa de la vida", remarca el profesor de la UCM y doctor en Psicología.
CONSEJOS PARA PREVENIR LAS ADICCIONES EN ADOLESCENTES
Con todo ello, pedimos a este psicólogo sanitario, con más de 25 años de experiencia clínica, que nos aporte una serie de consejos para evitar que nuestros hijos desarrollen adicciones:
1. Ser un buen modelo. "Es muy difícil tratar de transmitir algo haciendo lo contrario en cualquier cuestión, sea tecnología, o por ejemplo el consumo de alcohol. Ser un buen modelo de actuación frente a nuestros hijos es siempre necesario", remarca.
2. Establecer comunicación sobre ello poco a poco, en el día a día, no de repente 'vamos a hablar sobre este tema', porque esto puede generar reactividad en los adolescentes. "Simplemente, 'mira, cariño, hoy he visto que el tabaco produce estas cosas, qué opinas sobre ello; he visto que ha aumentado el consumo de alcohol, ¿consideras que puede generar alguna cosa? Lo tenemos que hacer de forma longitudinal, siempre, ir hablando en función de sus años. No le hablarás con 7 años de la cocaína, es una cuestión que no comprende, pero sí se le hablas de hábitos saludables y aquí estamos sembrando para el futuro", agrega.
3. Comunicar desde pequeños sobre diferentes cosas nos facilitará una mejor comunicación a futuro. "Si siembras tienes más probabilidad de que recojas. También en la educación, que es que tenerla presente y hablar las cosas previamente. Hablarles de nuestras preocupaciones también ayuda porque normalizas, lo haces más fácil", asegura José Antonio Molina.
En último lugar, y cuando ya detectamos un cuadro adictivo, considera este miembro del COP que lo fundamental es acudir a un profesional del campo, porque se necesita un trabajo multidisciplinar, donde se trabaje también con los padres para generar en el menor una conciencia del problema, negociar ciertos cambios, entre otros aspectos.