MADRID, 27 Abr. (EUROPA PRESS) -
Científicos de la Weill Cornell Medicine y el New York-Presbyterian, en Estados Unidos, han demostrado que un único trasplante de microbios procedentes de heces de un donante sano pueden servir como tratamiento eficaz de la colitis ulcerosa, enfermedad caracterizada por la inflamación del tracto digestivo.
El trasplante de microbiota fecal es un procedimiento por el que se obtiene flora bacteriana de un donante sano para depositarla en el colon del paciente que sufre una enfermedad inflamatoria intestinal y "modificar los microorganismos que colonizan su intestino", ha explicado Randy Longman, autor del estudio que publica la revista 'Inflammatory Bowel Diseases'.
"El objetivo es introducir bacterias buenas para que estimulen la curación", según este experto, que recuerda que esta técnica ya ha demostrado su eficacia frente a la infección por la bacteria 'Clostridium difficile' pero todavía presenta dudas en otras patologías intestinales.
Sin embargo, en este trabajo han demostrado que esta estrategia resulta segura y sirve para aumentar la diversidad bacteriana del intestino, algo de lo que carecen estos pacientes, según Longman.
Los investigadores utilizaron una preparación microbiana fecal (FMP) consistente en heces de dos diferentes donantes sanos que habían sido examinados, con la que buscaban maximizar la diversidad de la microbiota intestinal.
El trasplante se llevó a cabo mediante una colonoscopia en 20 pacientes con colitis ulcerosa. Después de cuatro semanas, los investigadores obtuvieron muestras fecales de los pacientes y realizaron biopsias rectales para evaluar su microbiota fecal y la respuesta inmune después del tratamiento.
Los investigadores descubrieron que, tras ese periodo, la población bacteriana en los intestinos de los pacientes se parecía más a las de los donantes sanos que a la suya original. Además, el tratamiento también dio lugar a una reducción de la respuesta inflamatoria que impulsa la colitis ulcerosa.
En general, el 35 por ciento de los pacientes mostró una mejoría clínica en sus síntomas y el 15 por ciento alcanzó la remisión clínica (falta completa de síntomas) al final del estudio de cuatro semanas.
"Todavía queremos saber por qué este tratamiento ayuda a algunos pacientes y no a otros para que podamos encontrar una opción de tratamiento más segura y reproducible para un mayor número de pacientes", ha añadido Carl Crawford, que también ha participado en este trabajo.