MADRID, 5 May. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad de Barcelona y el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) han liderado un estudio en el que se ha descubierto una mutación genética que predispone al fémur a ser más vulnerable a los bisfosfanatos, una medicación empleada para tratar la osteoporosis, lo que aumentaría el riesgo de fractura.
En concreto, según detallan en un artículo en la revista 'New England Journal of Medicine', han visto que con esta mutación los bisfosfanatos inducen un problema crítico en el fémur en lugar de fortalecerlo, lo que tendría una gran trascendencia clínica en estos pacientes.
La osteoporosis produce fracturas que afectan hasta al 40 por ciento de personas mayores de cincuenta años. Por su eficacia y su coste reducido, los bisfosfonatos se encuentran en la primera línea del tratamiento terapéutico. Sin embargo, su uso se ha asociado a una fractura atípica de fémur.
A pesar de la rareza de este complicación, y considerando que son muchísimas más las fracturas que evitan que las que son inducidas, "el temor ante esta complicación ha reducido mucho la prescripción de estos fármacos, especialmente en tratamientos de larga duración", explica el Adolf Díez, responsable del estudio y miembro del Grupo de Investigación Musculoesquelética del IMIM.
Esto hace que la mayoría de personas en alto riesgo de fractura por osteoporosis, por ejemplo las que ya han sufrido fracturas no reciban estos tratamientos.
Pero la rareza de este problema había hecho sospechar que en algunas personas existe una predisposición genética que las hace propensas a presentar fractura atípica.
Un estudio exhaustivo del genoma mediante la técnica de secuenciación completa del exoma ha permitido encontrar, por primera vez, una mutación común en tres hermanas con este problema que podría explicar por qué presentaron fractura atípica.
DAÑA UNA PROTEÍNA CLAVE PARA LA SALUD ÓSEA
La mutación en cuestión daña una proteína (GGPPS) que forma parte de una cadena metabólica --la vía del mevalonato-- esencial para la salud ósea, y se cree que esta mutación hace que el hueso sea vulnerable al fármaco, que en vez de fortalecerlo para evitar fracturas, lo hace más propenso a la fractura.
"La mutación inactiva la enzima necesaria para sintetizar el geranilgeranil pirofosfato (o pirofosfato de geranilgeranilo), un lípido que ancla varias proteínas citosólicas (de la superfamilia de las GTPasas) a las membranas celulares", han explicado los autores.
Sin el lípido, estas proteínas quedan fuera de lugar y no pueden realizar sus funciones, que son esenciales para la supervivencia de los osteoclastos, las células responsables de reabsorber la matriz ósea.
Los bisfosfonatos, en realidad, funcionan en esta misma dirección, porque bloquean la vía del mevalonato en una reacción previa a la que cataliza la GGPPS. Normalmente, este bloqueo conlleva el beneficio de un freno a la resorción ósea pero en las pacientes estudiadas "la depleción de geranilgeranil pirofosfato por partida doble habrá sido mucho más severa, y en vez de resultar en una función protectora, habrá dado lugar a una fragilidad que ha desembocado en fractura", según detallan.
Ante este hallazgo, será necesario hacer estudios más amplios para poder trasladar a la asistencia de los pacientes las técnicas de análisis genético que permitan detectar quién es propenso a la fractura atípica y, por tanto, no debe recibir bisfosfonatos.