Tratar la apnea del sueño no evita el riesgo cardiaco de la enfermedad

Paciente con apnea del sueño
ATS
Actualizado: viernes, 27 enero 2017 19:12


MADRID, 27 Ene. (EUROPA PRESS) -

Investigadores del Hospital Universitario de Angers (Francia) han determinado que los dispositivos de avance mandibular utilizados para mejorar el sueño de los pacientes con apnea no reducen los factores de riesgo cardiovascular que caracterizan a esta enfermedad, aunque sí consiguen que duerman mejor.

Así se desprende de los resultados de un estudio publicado en el 'American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine', tras analizar los resultados de 150 pacientes con apnea del sueño severa y sin enfermedad cardiovascular que recibieron este dispositivo.

De este modo, vieron que esta terapia mejoró significativamente las puntuaciones del índice apnea-hipopnea (AHI, en sus siglas en inglés), las puntuaciones del índice de micro-excitación y los síntomas de ronquido, fatiga y somnolencia. Sin embargo, no mejoró la función endotelial, un factor clave de predicción de la enfermedad cardiovascular, o la presión arterial más baja.

"La disfunción endotelial es uno de los mecanismos intermedios que potencialmente contribuyen al aumento del riesgo de enfermedad cardiovascular en estos casos", según Frédéric Gagnadoux, neumólogo que ha liderado este estudio.

Los dispositivos de presión positiva constante de las vías respiratorias (CPAP, en sus siglas en inglés) son los más utilizados para tratar este problema del sueño pero como muchos pacientes lo encuentran incómodo, el avance mandibular es la alternativa más prescrita.

Sin embargo, ha reconocido Gagnadoux, hasta ahora no se había evaluado si estos dispositivos mejoraban la función endotelial.

Los pacientes que participaron en el estudio tenían entre 18 y 70 años, el 86 por ciento eran hombres y ninguno tenía signos de enfermedad cardiovascular. Aunque las puntuaciones de AHI eran indicativas de apnea grave del sueño, los participantes reportaron sólo somnolencia diurna leve.

Una de las fortalezas del estudio, que duró dos meses, fue que el cumplimiento con el uso de MAD fue alto, como lo confirmaron los investigadores gracias a un pequeño monitor incrustado. No obstante, admiten que necesitan más estudios para determinar si esta terapia puede mejorar la función endotelial o no.

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