madrid, 30 Nov. (ediziones) -
El Parkinson es una enfermedad compleja en el tratamiento y que hay que abordar desde muchos puntos de vista. Se estima que unas 120.000-150.000 españoles la padecen. Muchas veces el tiempo entre consultas es prolongado, una ventana de oportunidad para las nuevas tecnologías, capaces en muchos casos de monitorizar la enfermedad en el día a día.
Así lo explica el doctor Diego Santos, neurólogo del servicio de Neurología del CHUAC y coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos del Movimiento en la Sociedad Española de Neurología (SEN), quien recuerda que esta patología es la segunda enfermedad neurodegenerativa más prevalente en España, después del Alzheimer.
En una entrevista con Infosalus mantiene que es una enfermedad crónica y también progresiva, por la que poco a poco se van perdiendo neuronas y acentuando los síntomas en muchos casos. Dice que actualmente no hay cura para el Párkinson y tampoco se conoce 100% su causa.
Entre sus principales síntomas, este neurólogo apunta a los motores, tales como el temblor, la rigidez, la lentitud de movimiento y las restricciones en la marcha; pero también hace referencia a los no motores, aquellos que pueden aparecer en el contexto de la enfermedad como son la depresión, la apatía, el dolor, o la fatiga.
Se da de forma más frecuente en los varones (60% hombres, frente a un 40% de mujeres), y subraya que hoy en día se desconoce el motivo, aunque se piensa que los estrógenos podrían tener cierto efecto protector en este sentido.
A su vez, este especialista de la SEN remarca que la enfermedad suele aparecer en torno a los 50-70 años, siendo más rara su aparición a partir de los 80, en las edades más avanzadas. Remarca igualmente que también se da en pacientes más jóvenes, en torno a los 40 años, no siendo esto tan habitual, aunque podría darse el caso.
CÓMO AFECTA A LA VIDA DE LOS PACIENTES
Es una enfermedad invalidante en cierto modo, aunque hay una gran variabilidad entre pacientes, reconoce este experto, al tiempo que indica que hay algunos que pueden llevar muchos años y estar muy bien, ser independientes, y en otros donde es más agresiva la patología y son más dependientes.
"En general, afecta a la movilidad, a la deambulación, produce temblor en un 70-80% de casos, rigidez, lentitud de movimientos, alteraciones de la marcha, de la postura y del equilibrio y condiciona que el paciente cada vez sea menos independiente para actividades instrumentales, y ya en casos más avanzados para actividades más básicas, siendo fundamental el papel del cuidador", detalla el doctor Santos.
Igualmente, este neurólogo sostiene que también a lo largo de la enfermedad pueden darse síntomas no motores, como el deterioro cognitivo, psicosis, o la propia demencia, en pacientes que llevan más de 15 años de evolución de la enfermedad.
LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS, UN NUEVO APOYO
Las nuevas tecnologías están ahí, todavía no se emplean demasiado, pero ve probable que en próximos años se usen cada vez más. El coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos del Movimiento en la Sociedad Española de Neurología subraya que hay muchos tipos, algunas más orientadas en diagnóstico precoz, por ejemplo, con técnicas de reconocimiento facial, o por ejemplo técnicas que permiten analizar la escritura y detectar cambios indicativos de inicio de enfermedad
Aquí valora de forma muy importante tecnologías que intenten monitorizar la progresión de enfermedad, porque al paciente se le ve al cabo de los meses en un momento puntual, y no refleja el estado del paciente del día a día y "hay tecnologías que permiten monitorizar el día a día del paciente y los signos de enfermedad que se van dando y pueden aportar información más precisa", destaca el doctor Santos.
A su vez menciona que hay nuevas tecnologías desde el punto de vista de terapia como la realidad virtual como terapia, que puede servir para mejorar aspectos motrices de la enfermedad, combinado con rehabilitación y terapia ocupacional, por ejemplo.
Por otro lado, este experto hace mención de las ventajas que puede ofrecer la tecnología wereable en este sentido, aquella que portan los propios pacientes, y habla por ejemplo de los dispositivos que se colocan en la cintura, y que son capaces de monitorizar el estado clínico del paciente durante un tiempo determinado. "Estos indican cuándo el paciente está mejor, o cuándo tiene momentos de falta de respuesta al tratamiento o movimientos involuntarios excesivos, o donde se bloquea al caminar o que incluso llega a caer", afirma.
Otro tipo sería el reloj, según continua, capaz de monitorizar la movilidad del paciente, o sus temblores, por ejemplo. "Estos dispositivos se emplean sobre todo más en ensayos clínicos y poco a poco en la práctica clínica están disponibles", añade.
A su vez, resalta que hay otras aplicaciones más sencillas como un diario que puede ser electrónico, y que cubre el paciente, donde indica en qué momento del día se encuentra peor o mejor; al mismo tiempo que indica que se están realizando ensayos para que los pacientes hagan de forma periódica ejercicios de escritura con el móvil y con la tableta para analizar la motricidad fina; o bien, por ejemplo, gracias a las nuevas tecnologías muchos pacientes pueden cubrir cuestionarios de forma periódica sobre su estado de salud.
Precisamente el doctor Santos participó en la jornada 'Desafío de Neurología en enfermedad de Párkinson', organizado por la compañía farmacéutica AbbVie, con el aval de la SEN, en el que habló del papel de las nuevas tecnologías y el apoyo que supone para estos pacientes y sus familias.
