Un urólogo destaca que la terapia focal de cáncer de próstata permite tratar solo la zona afectada

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MADRID 6 Feb. (EUROPA PRESS) -

El urólogo de la Policlínica Gipuzkoa Alejandro González ha destacado que la terapia focal contra el cáncer de próstata permite tratar solo la zona afectada, minimizando los efectos secundarios, siendo más eficaz en aquellos casos en los que el tumor esté localizado en una zona pequeña de la próstata.

"La terapia focal nos permite tratar solo las zonas afectadas sin necesidad de extirpar toda la próstata, minimizando los efectos secundarios. El paciente lleva muy bien el postoperatorio, está unas horas ingresado y se irá a casa en el mismo día", ha explicado González.

En los casos en los que el cáncer se encuentre más extendido y llega a afectar a varias zonas del órgano, entonces es necesaria una extirpación completa que, en el mencionado centro, se realiza una "prostatectomía radical mediante el robot quirúrgico Da Vinci X, el último modelo que la gama, que nos proporciona una precisión milimétrica, reduciendo el sangrado, el riesgo de incontinencia y favoreciendo una recuperación más rápida del paciente".

Si bien el cáncer de próstata es una de las causas por las que los hombres más acuden a Urología (en 2023 se detectaron 33.769 nuevos casos y 6.011 personas fallecieron por esta enfermedad, según el Observatorio del Cáncer de la Asociación Española Contra el Cáncer), existen otros problemas urológicos que requieren de "atención médica inmediata", como el cólico renal severo, la hiperplasia benigna de próstata avanzada, el aumento del Antígeno Prostático Específico (PSA) y el cáncer de próstata.

De hecho, el cólico renal es una de las urgencias más habituales en hombres, pues "el dolor que provoca un cálculo en la vía urinaria puede ser insoportable y, en algunos casos, puede acompañarse de fiebre y sangrado al orinar, lo que requiere una actuación rápida".

El doctor ha manifestado que el uso de técnicas como la ureterorrenoscopia con láser permiten una fragmentación y extracción de los cálculos de manera "mínimamente invasiva" y "reduciendo" el tiempo de recuperación del paciente.

Si bien el PSA elevado "no significa necesariamente que el paciente tenga cáncer de próstata", González ha aclarado que lo primero que se hace es "repetir la prueba en cuatro a seis semanas para descartar variaciones transitorias" y, en caso de que los niveles sigan altos o haya un aumento progresivo, se realiza una resonancia de próstata para detectar posibles lesiones sospechosas.

Si la resonancia logra identificar áreas de riesgo, se procede a una biopsia por fusión, una técnica que permite obtener muestras con mayor precisión que la biopsia tradicional transrectal, y que ayuda a detectar tumores "clínicamente significativos".

Otro motivo frecuente de consulta es la hiperplasia benigna de próstata, cuyos síntomas habituales se pueden controlar con medicación, pero en el momento en el que deje de ser eficaz o aparecen complicaciones como infecciones urinarias, hematuria o retenciones repetidas de orina, es "recomendable" una intervención quirúrgica.

Para ello, destaca una de las técnicas más avanzadas conocida como HoLEP, una cirugía láser que permite extraer el tejido prostático sin necesidad de incisiones externas.

"Es un procedimiento mínimamente invasivo con una recuperación muy rápida. A través de una cámara introducida por la uretra, accedemos a la próstata y, mediante láser, eliminamos el tejido que comprime la uretra e impide el flujo normal de la orina. La mayoría de los pacientes reciben el alta en menos de 48 horas y sin necesidad de sondajes prolongados", ha expresado González.

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