MADRID, 22 Ene. (EUROPA PRESS) -
El cirujano digestivo Santos Jiménez de los Galanes, del Hospital Ruber Internacional de Madrid, ha destacado las ventajas de combinar la cirugía robótica Da Vinci y el láser de Holmio en el tratamiento de los cálculos biliares, ya que esta técnica permite preservar la vesícula, en comparación con el método tradicional, que consiste en su extirpación.
"La vesícula biliar es más que un órgano accesorio; cumple funciones esenciales en el sistema digestivo, como el almacenamiento y la excreción de la bilis, un líquido decisivo para la digestión de grasas. Desempeña un papel protector para las células digestivas, evitando que estén constantemente expuestas al contacto con la bilis, que puede dañarlas si no se regula correctamente", ha explicado Jiménez.
En este sentido, el especialista ha señalado que la extirpación del órgano puede provocar hasta en el 40 por ciento de pacientes molestias digestivas tales como gastritis por reflujo alcalino, indigestión y diarrea crónica. "Conservar la vesícula biliar ayuda a evitar estas complicaciones y a mantener la digestión en óptimas condiciones", ha resaltado.
Así, los avances en cirugía robótica permiten que en la actualidad los pacientes que presentan piedras en la vesícula y no quieren perder el órgano puedan someterse a este procedimiento mínimamente invasivo. Los pacientes candidatos son todos aquellos que no tengan procesos infecciosos agudos, sin sospecha de patología tumoral y con una buena función vesicular, con independencia del número y tamaño de las litiasis.
CORTO TIEMPO DE RECUPERACIÓN
Bajo anestesia general, se insertan los instrumentos robóticos del dispositivo Da Vinci a través de pequeñas incisiones en la pared abdominal. Este equipo permite extraer los cálculos que previamente han sido fragmentados mediante la utilización de un láser de Holmio, sin dañar la estructura de la vesícula.
Además, si se detecta algún pólipo en la vesícula, este puede ser extraído durante la misma operación y examinado en busca de posibles anomalías.
Jiménez de los Galanes ha destacado que esta cirugía tiene una baja tasa de complicaciones y un tiempo de recuperación corto. "Los pacientes experimentan menos dolor postoperatorio y una recuperación más rápida en comparación con la cirugía convencional de extirpación de la vesícula", ha señalado.
La recurrencia de los cálculos biliares después de esta cirugía es baja, con un seguimiento a largo plazo que muestra una tasa de recurrencia de alrededor del cinco por ciento. "Una selección rigurosa de los pacientes es clave para minimizar el riesgo de que los cálculos vuelvan a formarse", ha apuntado el cirujano del Hospital Ruber Internacional.