MADRID, 24 Ago. (EUROPA PRESS) -
Las vacunas de ARNm contra el COVID-19 se asocian a un menor riesgo de muerte en pacientes con insuficiencia cardíaca, según una investigación presentada en el Congreso de la ESC 2022, de la Sociedad Euroepa de Cardiología. El estudio también descubrió que las vacunas no se asociaban a un mayor riesgo de empeoramiento de la insuficiencia cardíaca, tromboembolismo venoso o miocarditis en pacientes con insuficiencia cardíaca.
"Nuestros resultados indican que los pacientes con insuficiencia cardíaca deberían recibir prioritariamente las vacunas COVID-19 y los refuerzos --resalta la autora del estudio, la doctora Caroline Sindet-Pedersen, del Hospital Herlev y Gentofe, en Dinamarca--. Las vacunas COVID-19 seguirán siendo importantes para prevenir la morbilidad y la mortalidad en poblaciones de pacientes vulnerables. Por lo tanto, los estudios que hacen hincapié en la seguridad de estas vacunas son esenciales para tranquilizar a los que podrían tener dudas y asegurar la aceptación continua de las vacunas".
Los pacientes con insuficiencia cardíaca tienen un mayor riesgo de hospitalización, necesidad de ventilación mecánica y muerte debido a la COVID-19. La vacunación reduce el riesgo de enfermedad grave por la COVID-19 pero, "debido a las percepciones sobre los posibles efectos secundarios cardiovasculares de las vacunas de ARNm en los pacientes con insuficiencia cardíaca, este estudio examinó el riesgo de complicaciones cardiovasculares y de muerte asociado a las vacunas de ARNm en una cohorte nacional de pacientes con insuficiencia cardíaca", explica Sindet-Pedersen.
El estudio incluyó a 50.893 pacientes no vacunados con insuficiencia cardíaca en 2019 y a 50.893 pacientes con insuficiencia cardíaca en 2021 que fueron vacunados con cualquiera de las dos vacunas de ARNm (BNT162B2 o ARNm-1273). Los dos grupos se emparejaron por edad, sexo y duración de la insuficiencia cardíaca. La edad media de los participantes era de 74 años y el 35% eran mujeres. La duración media de la insuficiencia cardíaca fue de 4,1 años. Se realizó un seguimiento de los participantes durante 90 días para detectar la mortalidad por todas las causas, el empeoramiento de la insuficiencia cardíaca, el tromboembolismo venoso y la miocarditis, a partir de la fecha de la segunda vacunación para el grupo de 2021 y de la misma fecha en 2019 para el grupo no vacunado.
Los investigadores compararon el riesgo de resultados adversos en los dos grupos, tras estandarizar por edad, sexo, duración de la insuficiencia cardíaca, uso de medicamentos para la insuficiencia cardíaca, cardiopatía isquémica, cáncer, diabetes, fibrilación auricular e ingreso con insuficiencia cardíaca menos de 90 días antes de la primera fecha de seguimiento. La doctora Sindet-Pedersen explica que "la estandarización imita un ensayo aleatorio y es una forma de obtener una mejor interpretación causal de los resultados de los estudios observacionales".
Entre 101.786 pacientes con insuficiencia cardíaca, los investigadores descubrieron que recibir una vacuna de ARNm no se asociaba a un mayor riesgo de empeoramiento de la insuficiencia cardíaca, miocarditis o tromboembolismo venoso, pero sí a un menor riesgo de mortalidad por todas las causas. El riesgo estandarizado de mortalidad por todas las causas en un plazo de 90 días fue del 2,2% en la cohorte de 2021 (vacunada) y del 2,6% en la cohorte de 2019 (no vacunada), lo que muestra un riesgo significativamente menor de mortalidad por todas las causas en 2021 frente a 2019. El riesgo estandarizado de empeoramiento de la insuficiencia cardíaca en 90 días fue del 1,1% en ambas cohortes. Asimismo, no se encontraron diferencias significativas entre los grupos en cuanto a tromboembolismo venoso o miocarditis.
La doctora Sindet-Pedersen concluye que "el estudio sugiere que no debería haber preocupación por los efectos secundarios cardiovasculares de las vacunas de ARNm en los pacientes con insuficiencia cardíaca. Además, los resultados apuntan a un efecto beneficioso de la vacunación sobre la mortalidad".