Archivo - febrero de 2022, Przemysl, Podkarpackie, Polonia: Se ve a un soldado dando comida a un niño ucraniano que llegó a la estación de tren de Przemysl..En el quinto día de la invasión rusa sobre Ucrania, miles de solicitantes de asilo llegan en tre
Archivo - febrero de 2022, Przemysl, Podkarpackie, Polonia: Se ve a un soldado dando comida a un niño ucraniano que llegó a la estación de tren de Przemysl..En el quinto día de la invasión rusa sobre Ucrania, miles de solicitantes de asilo llegan en tre - Attila Husejnow / Zuma Press / ContactoPhoto
Publicado: jueves, 14 julio 2022 12:55


MADRID, 14 Jul. (EUROPA PRESS) -

World Vision ha avisado en un informe de una crisis de salud mental para 1,5 millones de niños ucranianos, y ha señalado que si no se interviene rápidamente en Ucrania y en los países que acogen a las personas refugiadas, las heridas mentales de la guerra podrían afectar a los niños y niñas hasta la edad adulta.

"A World Vision le preocupa que la guerra esté sometiendo a los niños y niñas a un miedo y una desesperanza constantes, lo que aumenta sus respuestas inmediatas al estrés y, como consecuencia, el riesgo de sufrir trastornos mentales como el trastorno de estrés postraumático, depresión y ansiedad", ha dicho la directora de la Respuesta a la Crisis en Ucrania de World Vision, Catherine Green.

El uso de la artillería, los morteros y la fuerza militar pone a los niños y niñas en riesgo de muerte y lesiones, y también amenaza su bienestar emocional. La exposición a los ataques aéreos, los bombardeos y la cruda violencia militar puede destruir la sensación de seguridad de los menores, que es fundamental para un desarrollo infantil saludable.

Además, casi dos tercios de los menores ucranianos se han visto obligados a abandonar sus hogares, con el consiguiente trauma que supone ser arrancados de sus redes de apoyo y tener que huir a países o ciudades desconocidas y, para muchos, separados de sus familiares.

En las entrevistas con los niños ucranianos y sus cuidadores, que cruzan la frontera con Rumanía, dijeron repetidamente al personal de World Vision que se sentían asustados y angustiados cada vez que oían un ataque aéreo. "Daba miedo, mucho miedo", dice Polina, de 12 años, de Mariupol. "Todos los días oíamos el ruido de los aviones, los tanques y los disparos en las calles. Un cohete explotó cerca de nuestro jardín. Una casa se incendió y las paredes se cayeron. Había cenizas por toda la ciudad. Era hora de irse".

Una madre contó al personal de World Vision que su familia abandonó el este de Ucrania fundamentalmente por la preocupación por la salud mental de sus hijos y nietos, que habían estado sometidos a la guerra durante ocho años. "Al principio los niños estaban asustados y traumatizados", explica Iryna, que se ha refugiado en una iglesia de Chernivtsi gestionada por uno de los socios de World Vision, Arms of Mercy. "Pero entonces me di cuenta de que no reaccionaban cuando había bombardeos y de que podían nombrar exactamente de qué tipo de arma se trataba. Descubrir esto fue un shock para mí, no podía entender porque no reaccionaban. Y eso es lo más aterrador, que los niños se están acostumbrando".

Estudios anteriores han demostrado que más del 22 por ciento de las poblaciones afectadas por conflictos pueden acabar padeciendo algún tipo de trastorno mental. "Los niños son resistentes y pueden protegerse de cualquier efecto duradero con el apoyo adecuado. La buena noticia es que las muestras de generosidad hacia el pueblo ucraniano significa que estamos en una posición poco común en esta emergencia: hay fondos para que las organizaciones llevemos a cabo nuestro trabajo y protejamos la salud mental de los niños, y la de sus cuidadores. Pero urge priorizar los programas de prevención y financiarlos ahora, tanto en Ucrania, como en los países de acogida", ha zanjado la coordinadora de Comunicación de World Vision, Eloisa Molina.

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