Migraña
¿Qué es una migraña?
Es una enfermedad que afecta al 15% de la población mundial consistente en ataques de dolor de cabeza (cefalea), episódicos y recurrentes, de intensidad moderada/grave variablemente acompañados de síntomas neurológicos y/o gastrointestinales. Hasta un 25% de pacientes presentan síntomas neurológicos, previos al dolor, conocidos como aura y que habitualmente son visuales o sensitivos y duran menos de una hora cada uno de ellos. Según la OMS, la migraña es la 8ª enfermedad más discapacitante de la humanidad en días de capacidad por años vividos. El 40% de los pacientes sufre más de un ataque al mes, que dura más de 24 horas en el 50% de casos, y es de intensidad de dolor moderado en el 20% y grave en el 80%. Afecta más a las mujeres (18%) que a los hombres (6%) y su pico de prevalencia se sitúa entre los 25 y 55 años, la etapa más productiva de la vida, por lo que su coste anual es, por ejemplo, en EEUU, de unos 17 billones de dólares en concepto de días de trabajo perdidos y de reducción de productividad cuando se trabaja con migraña.
Hasta un 4% de los pacientes entra cada año en una fase de migraña crónica más o menos larga. Esta es la peor y más frecuentes de las complicaciones de la migraña pues se trata de más de 15 días de cefalea al mes siendo cefalea migrañosa en 8 días como mínimo cada mes, durante meses con una alta discapacidad.
Síntomas y Diagnóstico de una migraña.
La migraña se define clínicamente. No existe ninguna prueba (resonancia, TAC…) que la confirme, pero en algunos casos se solicitan para descartar otras causas de cefalea. Los criterios consensuados mundialmente de migraña se llaman ICDH-III beta y, si se cumplen estrictamente, es muy difícil que el paciente presente una lesión cerebral. Son los siguientes:
A) Al menos 5 ataques que cumplen los criterios B a D.
B) Ataques de cefalea que duran de 4 a 72 horas.
C) La cefalea cumple al menos dos de las siguientes características:
Afecta sólo a un lado de la cabeza
Es de cualidad pulsátil (como un latido o martilleo rítmico)
Intensidad de dolor moderado o grave (no puede ser cefalea leve)
Actividades física rutinarias agravan el dolor (caminar, subir escaleras)
D) Durante el dolor se cumple al menos una de las siguientes:
Náuseas y/o vómitos
Fotofobia (estorba la luz) y fonofobia (estorba el habla)
Tratamiento de una migraña.
Lamentablemente, hasta un 50% de pacientes se auto-tratan sus ataques de migraña con productos habitualmente poco eficaces, obsoletos y, en ocasiones, incluso peligrosos. El médico de familia, y en los casos graves el neurólogo, son los médicos que tratan ambulatoriamente la migraña y ellos son los que deben individualizar en cada paciente el tratamiento, como un traje a medida, en función de la rapidez de instauración del ataque, su gravedad y su duración. El ataque de migraña tiene que tratarse inmediatamente en su inicio pues los medicamentos son muy eficaces en la primera hora de dolor y reducen su eficacia en las 3-4 horas hasta perderla. Si se toman inmediatamente, eliminan cualquier síntoma de migraña en menos de 2 horas hasta en el 80% de pacientes.
Disponemos de dos tipos de medicamentos con la categoría máxima de eficacia en Medicina (Nivel IA): los anti-inflamatorios no esteroideos (AINEs) y los triptanes. Se recomiendan AINEs en pastillas cuando el ataque es moderado siendo de elección ibuprofeno, naproxeno, diclofenaco y desketoprofeno. Si el ataque es grave, se recomiendan pastillas de triptanes (sumatriptán, rizatriptán, zolmitriptán, frovatriptán, eletriptán y naratriptán). Algunos de ellos existen en micropastillas dispersables en la boca, ideales para pacientes que vomitan (rizatriptán, zolmitriptán); otros están en pulverizador nasal (zolmitriptán, sumatriptán) y también hay uno en inyección subcutánea (sumatriptán). La satisfacción respecto a la terapia es alta para los triptanes (84% de los pacientes) y no tanto para los AINEs (37%). Si estos medicamentos no detienen el ataque en casa, se recomienda acudir a Urgencias para recibir terapia analgésica intravenosa.
Causas de una migraña.
En la migraña hay una predisposición genética familiar que convierte al cerebro en hiperexcitable (fácil de excitar) ante estímulos (factores precipitantes) que habitualmente no causan tal excitación: el estrés, el insomnio, trastornos de la menstruación, el ayuno, algunos alimentos… Lo que se hereda es probablemente una alteración en los canales por los que se intercambian sustancias neurotransmisoras que utilizan para comunicarse las neuronas. Los genes responsables de esta herencia todavía no han sido descubiertos.
Cada paciente tiene individualmente uno o varios de estos factores precipitantes ante los cuales desarrolla una despolarización neuronal (trastorno eléctrico) que origina una alteración del flujo sanguíneo en los vasos del cerebro que producen la aura. Las neuronas despolarizadas liberan sustancias que inflaman las meninges produciendo el dolor y sensibilizando al cerebro.
Cómo prevenir una migraña.
La mejor prevención es evitar/modular o aprender a sobrellevar los factores precipitantes individuales de cada paciente. Sobrellevar el estrés, horario regular de comidas y sueño, regla regular y ejercicio físico aeróbico. No existe ninguna prohibición alimentaria ni dieta milagrosa anti-migraña. Se recomienda consumo regular de los alimentos ricos en glutamato y aminas: excitantes, alcoholes, fermentados, curados… Es decir, mantener siempre el mismo ritmo de consumo sin introducir rápida y masivamente ninguno de estos alimentos en la dieta ni tampoco reducirlos drásticamente o retirarlos súbitamente.
Se tiene que iniciar un tratamiento preventivo diario con medicamentos para no tener ataques de migraña cuando: los ataques son tres o más cada mes, cuando los ataques duran más de 48 horas, cuando los AINEs y triptanes son ineficaces y en todos los casos de la migraña crónica. Casi la mitad de los pacientes necesitan estos tratamientos pero no los reciben porque no consultan o porque sus médicos los desconocen. Se consideran eficaces cuando reducen los días de migraña y su intensidad más del 50%.
Con el máximo nivel de eficacia IA disponemos de: topiramato, ácido valpróico, metoprolol, propranolol, timolol, amitriptilina y flunarizina en la migraña episódica frecuente y en la migraña crónica son IA sólo topiramato y el novedoso tratamiento con inyecciones pericraneales de toxina botulínica tipo A (Botox) en sesiones trimestrales.
Terapias no medicamentosas como la acupuntura, biofeedback, terapias de relajación, terapias cognitivas y bloqueos anestésicos están en estudio y, aunque prometedoras, no han demostrado científicamente todavía su eficacia.
Terapias con vitamina B2, magnesio, coenzima Q, flores de butterbur y feverfew tampoco han demostrado fehacientemente eficacia a pesar de algún pequeño estudio positivo.
Periódicamente surgen en los medios de comunicación complementos alimentarios, dietas “milagrosas”, artilugios, terapias sanadoras… Incluso, a veces, revestidas de datos “científicos”. Se recomienda a los pacientes que consulten a su médico de familia y a su neurólogo cualquiera de estas posibles “terapias” de la migraña antes de iniciarlas.
Por otra parte, hay que hacer hincapié en que cualquier terapia con eficacia y seguridad demostrada en la migraña es avalada inmediatamente por la Sociedad Española de Neurología y cubierta económicamente por el Sistema Nacional de Salud.