Trastorno límite de la personalidad (TLP)
¿Qué es el Trastorno Límite de personalidad?
Los trastornos de la personalidad constituyen un grupo de síndromes caracterizados por una alteración persistente de la forma de relacionarse c
on el entorno, que hace imposible el funcionamiento y el crecimiento personal. Estas
Entre los trastornos de la personalidad, el Trastorno Límite de la Personalidad (TLP) es el más relevante en las consultas clínicas por su alta prevalencia y por la grave disfunción que produce. alteraciones no son secundarias a otras enfermedades mentales como la esquizofrenia o los trastornos del humor, sino que son primarias y se producen por alteraciones en el desarrollo de los componentes básicos de la personalidad, como la identidad, los vínculos de apego o la regulación emocional. En los trastornos de la personalidad los síntomas son muy variados y afectan a la conducta, a los sentimientos, a la forma de entender el mundo y a la capacidad de autogobierno personal. Los trastornos de la personalidad, a diferencia de los trastornos psicóticos persistentes, no tienen alterado el juicio de la realidad.
El TLP aparece en edades jóvenes, entre los 15 y los 25 años, y se manifiesta por inestabilidad emocional, accesos de ira y conductas suicidas o autolesiones. El joven se muestra hipersensible y con una reactividad emotiva exagerada, que conduce a las crisis de ira con frecuentes agresiones verbales, rotura de objetos o autolesiones. El recurso al intento de suicidio, con mayor o menor gravedad, es muy frecuente y no debe nunca minimizarse como si fuera una simple “llamada de atención”. En el momento del intento de suicidio el paciente está experimentando una vivencia personal de desesperación asociada a una autoimagen muy negativa.
El trastorno se acompaña con mucha frecuencia de fracaso escolar o laboral y se caracteriza además por el establecimiento de relaciones sentimentales inestables, tormentosas y repetidas. Las relaciones familiares suelen ser muy tensas y crispadas. Es también muy frecuente el abuso de alcohol y de otras drogas y otras formas de impulsividad como las conductas sexuales de riesgo o los trastornos de la conducta alimentaria.
El cuadro clínico del TLP no es homogéneo, y pueden existir formas atípicas con relaciones estables aunque de excesiva dependencia y otras en las que no existe consumo de drogas. También existen formas leves y benignas que permiten un cierto funcionamiento académico y laboral.
El trastorno tiene una evolución hacia la cronicidad si no recibe tratamiento y la mortalidad es cercana al 10% de los pacientes, bien por suicidio o como consecuencia de adicciones o de otras conductas impulsivas.
Síntomas del trastorno Límite de Personalidad
- Inestabilidad afectiva.
- Cambios en conducta.
- Alteraciones en los estados de ánimo.
- Trastornos de alimentación
Tratamiento del Trastorno Límite de Personalidad
- Medidas preventivas. La prevención del trastorno debería hacerse en los primeros momentos de la pubertad, siendo los primeros síntomas para detectarlo la aparición de irritabilidad y la tendencia al aislamiento, a la falta de comunicación y a la ofuscación. La detección en el entorno escolar de síntomas como la falta de motivación, el aislamiento y la impulsividad es de gran importancia para la intervención precoz.
- Tratamiento de las crisis. En las situaciones de crisis emocionales el objetivo del tratamiento es la tranquilización y la estabilización emocional del paciente, lo que se consigue mediante el uso de fármacos y mediante una actitud terapéutica de validación y de reconocimiento del malestar emocional del sujeto. Los fármacos más eficaces en las crisis son los pertenecientes al grupo de antipsicóticos de segunda generaciónl (olanzapina, paliperidona o quetiapina). Con frecuencia es necesario el ingreso hospitalario para reajustar el equilibrio afectivo del paciente y frecuentemente también para iniciar el proceso de toma de conciencia de la enfermedad pòr parte del mismo.
- Tratamiento del trastorno. El componente principal del tratamiento es la psicoterapia, mediante la que se consigue un afianzamiento de la autoidentidad personal, un mejor autoconocimiento de las carencias afectivas y de los traumas emocionales y una mejor regulación de las emociones y de las conductas. Para ello se emplean terapias basadas en la mentalización (mejora la subjetivización y la individuación), terapia dialéctico-conductual (mejora la autorregulación conductual mediante técnicas cognitivas) y terapias psicoanalíticas orientadas al conocimiento y al manejo de los vínculos interpersonales patológicos, así como técnicas psicoeducativas y de mejora de las habilidades sociales. Es muy importante la terapia ocupacional específica, orientada al desarrollo vocacional de los individuos.
Durante un tiempo (meses habitualmente) es beneficioso el uso de fármacos estabilizadores del humor, bien del grupo de los antiepiléticos (valproato, oxcarbacepina, topiramato o lamotrigina) o del grupo de los antipsicóticos de segunda generación (aripiprazol, olanzapina, paliperidona, quetiapina o asenapina). El uso de fármacos antidepresivos (inhibidores de la recaptación de serotonina, venlafaxina o duloxetina), aunque discutido por algunos, es por lo general beneficioso para el manejo de la sintomatología distímica que se presenta en la mayoría de estos pacientes.
Causas del Trastorno Límite de Personalidad.
En el fondo de estas conductas impulsivas y agresivas subyace un problema con la autoimagen y con la identidad, una baja autoestima (aunque a veces se manifieste lo contrario) y un déficit en la capacidad de apego y de vinculación íntima, que conducen a un profundo miedo al abandono. La falta de maduración de la personalidad va asociada a un deficiente procesamiento de la información emocional compleja, lo que acentúa los sentimiento de inadecuación y las respuesta impulsivas.
Las causas del trastorno son desconocidas pero es sabido que intervienen varios factores. La genética es importante y afecta a los rasgos de impulsividad y a la hipersensibilidad. En una proporción considerable de casos existen antecedentes de traumas infantiles por abusos físicos o sexuales. La existencia de trastornos de personalidad, trastornos del humor o alcoholismo en la familia es también un factor favorecedor del trastorno. Se ha demostrado una asociación significativa con la presencia de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad en la infancia.
Pronóstico del Trastorno de personalidad
En ausencia de un tratamiento adecuado el trastorno tiene una evolución negativa en la mayoría de los casos, pudiendo derivar hacia el consumo y la dependencia de drogas (alcohol, cannabis y estimulantes), hacia la marginalidad por conductas antisociales o hacia la dependencia social de los familiares. El riesgo de suicidio es alto y se calcula aproximadamente en un 10% de los pacientes. En los casos leves en los que se preserva algún funcionamiento sociolaboral puede haber una evolución espontánea hacia la mejoría.
El tratamiento adecuado mejora notablemente el pronóstico y conduce a la desaparición de los síntomas del trastorno en la mayoría de los casos. No obstante, para la recuperación funcional se precisa una atención terapéutica intensa y continuada en los casos moderados y recursos de hospital de día en los casos más disfuncionales. Con el tratamiento adecuado un porcentaje mayoritario recupera un nivel de funcionamiento y de adaptación social normales al cabo de uno o dos años. Muchos pacientes con TLP presentan aptitudes especiales para las actividades creativas y artísticas y pueden desarrollarse en estas áreas con un alto nivel de funcionamiento.