MADRID, 17 May. (EDIZIONES) -
Ganar kilos es un trastorno para muchas personas porque siguen su vida como siempre lo han hecho y la báscula no deja de subir. En otros casos, simplemente gusta comer, no se hace deporte, se sigue una vida sedentaria, y es imposible no aumentar la talla.
Eso sí, hay que tener claro, según asegura en una entrevista con Infosalus, la dietista-nutricionista y doctora en Bioquímica, Griselda Herrero, que los factores que influyen en el aumento de peso son "numerosos y variables entre personas".
Para poder entenderlo, Herrero, que es coautora junto a la psicóloga Cristina Andrades de 'Psiconutrición' (Arcopress), cree que hay que explicar en qué consiste el concepto de 'balance energético', y la relación que existe entre lo que comes y lo que gastas en calorías, "así será el efecto sobre el peso".
"Es una relación entre las calorías que ingresamos a través de la comida y las que nuestro cuerpo gasta. Dentro de las que gasta, tenemos la parte que consume para que nuestro organismo se mantenga vivo (respirar, pensar, dormir, que el corazón lata), y luego a esto hay que añadirle la actividad que realicemos durante el día y no es solo la actividad física. El que yo esté de pie gasta más que el estar sentado o tumbado. El que yo esté pensando, comiendo, o trabajando gasta energía también", señala.
Ahora bien, señala que, de forma teórica, se tiene un balance energético cero, cuando como lo mismo que gasto; es positivo si ingiero más de lo que gasto; y negativo, si gasto más calorías de las que ingiero. "Pero no todo es así de sencillo. Hay que tener en cuenta el valor cuantitativo y cualitativo de las cosas, ya que puedo hacer una dieta de mil calorías de productos ultraprocesados, y que no me esté aportando los nutrientes que mi cuerpo necesita; por lo que aunque mi balance fuera cero o negativo el cuerpo entraría en déficit nutricional", agrega.
Por otro lado, Herrero recuerda que nuestro cuerpo es energéticamente ahorrador, para posibles épocas de hambruna como ya ha sucedido en algún momento de la historia, un mecanismo evolutivo básico que condiciona a nuestro metabolismo.
A su vez, la dietista-nutricionista y doctora en Bioquímica subraya que hay que tener en cuenta también que el balance energético hace referencia a cambios en el corto plazo y no a los efectos en el largo plazo de una dieta hipocalórica, donde el efecto sobre la pérdida de peso deja de ser tan acusado con el tiempo ya que el organismo acaba adaptándose. "Es decir, esto del aumento o la pérdida de peso no es tan fácil como parece", valora la experta.
Con ello, destaca que el principal factor responsable del aumento de peso no es exclusivamente lo dietético. "Es habitual escuchar frases como 'está gordo porque come mucho y no se mueve'; sin embargo, el problema no se reduce a comer más o a moverse menos, sino que puede ser debido a comer peor, de forma inadecuada, por causas emocionales, metabólicas, o por otros muchos factores", matiza Herrero, al mismo tiempo que recuerda que perder peso es una tarea "difícil" que conlleva un trabajo interno importante, en el que se deben trabajar aspectos dietéticos y no dietéticos, con el fin de buscar objetivos a largo plazo.
Así con todo, Herrero enumera los 15 factores que influyen en el aumento de peso:
.- Genes. Existe una predisposición genética a la obesidad del 5-10%; el resto se debe a factores ambientales, que a su vez pueden modificar dicha predisposición.
.- Descanso. Dormir poco o mal se asocia tanto a una mayor probabilidad de aumentar de peso como a impedir perderlo. Mientras dormimos se secretan una serie de hormonas que regulan el sueño y que ejercen una acción sobre el control del hambre, la acumulación de grasas, y el consumo de energía.
.- Estrés. Las personas con estrés suelen ingerir mayores cantidades, preferir alimentos más palatables (ricos en azúcares simples, grasas no saludables, sal o potenciadores del sabor), y tener más riesgo de comer emocional.
.- Cultura. Donde nacemos influye en muchos sentidos de nuestra vida y uno de ellos es en cómo nos alimentamos y cómo nos relacionamos con la comida.
.- Sedentarismo. Influye mucho la falta de actividad física en el aumento de peso. Además, el ejercicio no sólo favorece la pérdida de peso, sino también a que ésta se mantenga.
.- Alimentación. Unos hábitos dietéticos inadecuados constituyen un factor predisponente al aumento de peso. Pero hay que tener en cuenta que lo más importante no es la cantidad, el comer más, sino la calidad, el comer peor, y la forma con la que se come.
.- Fármacos. Muchos medicamentos tienen como efecto secundario el aumento de peso.
.- Metabolismo. Nuestro metabolismo basal puede ser más o menos rápido, y esto hace referencia a la quema de energía. Los niños suelen tener un metabolismo muy rápido, y a medida que crecemos se va haciendo más lento.
.- Hormonas. Determinadas hormonas y neurotransmisores regulan el hambre y la saciedad.
.- Masa muscular y adiposa. Todos los tejidos no se comportan igual a nivel metabólico.
.- Disbiosis. Desequilibrio de las bacterias que se albergan en nuestro intestino, que en el caso de la obesidad predominan las bacterias perjudiciales.
.- Psicología y emociones. Las emociones juegan un papel fundamental en nuestras elecciones alimentarias.
.-Patologías. Hay algunas donde el aumento de peso es una consecuencia, como el hipotiroidismo o la diabetes tipo 2.
.- Complexión individual. Las personas de mayor complexión tienden a ser más corpulentas, lo cual no implica que tengan que pesar más.
.- Edad. A medida que ganamos años, el metabolismo basal se hace más lento y la probabilidad de aumentar de peso es mayor.
"Todos estos factores no son independientes y están relacionados entre sí, de manera que unos afectan a otros y viceversa. Esto nos refuerza la idea de que el problema de la obesidad y de la pérdida de peso no es sencillo y debemos abordarlo de manera integral", defiende Herrero.