MADRID, 2 Abr. (EUROPA PRESS) -
Un grupo de investigación del Centro Max Delbrück de Medicina Molecular de la Asociación Helmholtz (Alemania) ha examinado el efecto que tiene un cambio de dieta en las personas con síndrome metabólico.
"El cambio a una dieta saludable tiene un efecto positivo sobre la presión arterial. Si la dieta va precedida de un ayuno, este efecto se intensifica", explica Andras Maifeld, autor principal de la investigación, que se ha publicado en la revista científica 'Nature Communications'.
Los investigadores reclutaron a 71 voluntarios con síndrome metabólico y presión arterial sistólica elevada. Los investigadores los dividieron en dos grupos al azar. Ambos grupos siguieron durante tres meses la dieta DASH, diseñada para combatir la hipertensión. Esta dieta de estilo mediterráneo incluye mucha fruta y verdura, productos integrales, frutos secos y legumbres, pescado y carne blanca magra. Uno de los dos grupos no consumió ningún alimento sólido durante cinco días antes de empezar la dieta DASH.
Basándose en el inmunofenotipo, los científicos observaron cómo cambiaban las células inmunitarias de los voluntarios cuando alteraban su dieta. "El sistema inmunitario innato permanece estable durante el ayuno, mientras que el sistema inmunitario adaptativo se apaga", explica Maifeld. Durante este proceso, el número de células T proinflamatorias desciende, mientras que las células T reguladoras se multiplican.
UNA DIETA MEDITERRÁNEA ES BUENA, PERO AYUNAR TAMBIÉN ES MEJOR
Los investigadores utilizaron muestras de heces para examinar los efectos del ayuno en el microbioma intestinal. Las bacterias intestinales trabajan en estrecho contacto con el sistema inmunitario. Algunas cepas de bacterias metabolizan la fibra alimentaria en ácidos grasos de cadena corta antiinflamatorios que benefician al sistema inmunitario. La composición del ecosistema bacteriano intestinal cambia drásticamente durante el ayuno. Se multiplican las bacterias beneficiosas para la salud que ayudan a reducir la presión arterial.
Algunos de estos cambios se mantienen incluso después de reanudar la ingesta de alimentos. "El índice de masa corporal, la presión arterial y la necesidad de medicación antihipertensiva se mantuvieron más bajos a largo plazo entre los voluntarios que comenzaron la dieta saludable con un ayuno de cinco días", detallan los autores. Normalmente, la presión arterial vuelve a dispararse cuando se olvida incluso un comprimido antihipertensivo.
Junto con científicos del Centro Helmholtz para la Investigación de Infecciones y la Universidad McGill de Montreal (Canadá), el grupo de trabajo realizó una evaluación estadística de estos resultados utilizando inteligencia artificial para asegurarse de que este efecto positivo era realmente atribuible al ayuno y no a la medicación que tomaban los voluntarios.
Utilizaron métodos de un estudio anterior en el que habían examinado la influencia de la medicación antihipertensiva en el microbioma. "Pudimos aislar la influencia de la medicación y observar que el hecho de que alguien responda bien a un cambio de dieta o no depende de la respuesta inmunitaria individual y del microbioma intestinal", señalan.
Si una dieta rica en fibra y baja en grasas no da resultados, es posible que no haya suficientes bacterias en el microbioma intestinal que metabolicen la fibra en ácidos grasos protectores. "Quienes tienen este problema suelen pensar que no vale la pena el esfuerzo y vuelven a sus antiguos hábitos", explica el científico.
Por ello, es una buena idea combinar una dieta con un ayuno. "El ayuno actúa como catalizador de los microorganismos protectores del intestino. La salud mejora claramente de forma muy rápida y los pacientes pueden reducir su medicación o incluso, a menudo, dejar de tomar pastillas por completo", concluyen. Esto podría motivarles a seguir un estilo de vida saludable a largo plazo.