MADRID, 26 Ago. (EDIZIONES) -
Los tratamientos oncológicos pueden producir cansancio, náuseas y vómitos, pero también otros efectos secundarios. Pueden afectar a la piel, al pelo, y al aspecto físico de la persona. Estos efectos secundarios son menos importantes desde el punto de vista clínico, pero igual de relevantes para la calidad de vida del enfermo durante este duro proceso.
La doctora Alba Catal es dermatóloga en el Centro Médico Teknon y es experta en el cuidado de la piel de las personas con cáncer. Subraya en una entrevista con Infosalus que, aunque los efectos secundarios variarán en función del tipo de tratamiento oncológico, de forma general pueden aparecer sequedad, erupciones e irritaciones de la piel.
PACIENTES EN QUIMIOTERAPIA
Es por ello en su opinión importante el utilizar productos que no contengan alcohol (perfumes, desodorantes, etc) para reducir al mínimo la sequedad y evitar irritaciones. En el caso concreto de los enfermos de cáncer que se encuentren en quimioterapia dice que si aparece sequedad en la piel es fundamental conseguir una correcta limpieza e hidratación:
Para la limpieza usa agua templada y jabones syndet con ph neutro.
Para la hidratación usa cremas hidratantes corporales para pieles secas una o dos veces por día.
Otras precauciones: Evita las esponjas; no frotes demasiado la piel al secarte; evita exfoliantes tanto faciales como corporales; evita depiladores químicos (por ejemplo: las cremas depilatorias); evita realizar limpiezas de cutis.
Otro de los problemas que puede surgir en la piel, según reconoce la doctora Catal, son las manchas oscuras (hiperpigmentación): "El sol puede favorecer la aparición de manchas, especialmente si alguno de los medicamentos produce fotosensibilidad (es decir, contribuye a una mayor sensibilidad al sol). Aunque existen cremas despigmentantes, que reducen las manchas aparecidas en la piel, no deben usarse sin consultar antes con el dermatólogo".
Para prevenir o reducir las manchas, insiste la especialista de Centro Médico Teknon, lo más importante es no exponerse al sol y usar siempre fotoprotector de 50+ en las zonas fotoexpuestas. "Además, vale la pena utilizar gorro y ropa que proteja", apostilla esta especialista.
PARA LA RADIOTERAPIA
Si estás recibiendo un tratamiento de radioterapia la dermatóloga sostiene que se pueden provocar alteraciones similares a una quemadura solar, que se limitan a la zona irradiada. Posteriormente, y tras dos o tres semanas de tratamiento dice que aparece una coloración roja (eritema).
"Si el tratamiento se prolonga, esta zona de la piel va adquiriendo una coloración oscura que desaparecerá en meses tras terminar el tratamiento", apunta. Con todo ello, aporta los siguientes consejos para el cuidado de la piel de los pacientes con radioterapia:
Evita collares, corbatas, elásticos o gomas en la zona irradiada, ya que puedan irritar la piel por el roce; usa prendas holgadas, de fibras naturales, como algodón o hilo, ya que son materiales poco agresivos para la piel.
Proteja totalmente del sol la zona radiada al menos durante un año tras el tratamiento; si vas a exponerte al sol usa crema protectora con pantalla total.
Evita la depilación en la zona irradiada, el vello de la zona va a debilitarse con la radioterapia.
Evita realizar tatuajes en la zona irradiada.
"La mayoría de estos efectos son temporales. Sin embargo, puede ser que la zona irradiada no recupere el aspecto y el tacto que tenía antes del tratamiento. Si durante el tratamiento se produce una sensibilidad severa, o una alteración se la piel fuera de lo que le indiquen que es normal, deberá comunicarlo a su médico radioterapeuta para que le ofrezca el tratamiento más adecuado", agrega la doctora Alba Catal es dermatóloga en el Centro Médico Teknon.
CUIDADOS DEL CABELLO
Por otro lado, esta especialista señala que la caída del cabello es uno de los síntomas que aparecen más frecuentemente (aunque no siempre) como consecuencia del tratamiento oncológico; un efecto que además puede causar un gran malestar psicológico.
"La quimioterapia debilita el vello de todo el cuerpo, mientras que la radioterapia afecta sólo a la zona de tratamiento. En el caso de la quimioterapia, la caída del cabello es un proceso reversible. El pelo vuelve a crecer tras terminar el tratamiento. En el caso de la radioterapia dependerá de la dosis administrada, aunque en la mayor parte de los casos en la zona radiada el vello no vuelve a salir", resalta esta experta.
Así, y ante una caída parcial del cabello fruto de un tratamiento, esta doctora sostiene que, aunque todo depende de los medicamentos específicos que reciba, un síntoma que suele aparecer asociado a los tratamientos es el debilitamiento del cabello, pudiéndose producir además una caída lenta pero continuada del mismo. "Es importante cuidar el cuero cabelludo y la hidratación del mismo", defiende, añadiendo los siguientes tips:
Evita cualquier tipo de tintes, decoloraciones, mechas o permanentes, ya que la piel del cuero cabelludo se encuentra muy sensible y puede irritarse fácilmente.
Utiliza un champú suave que no irrite la piel del cuero cabelludo; puede utilizar una mascarilla hidratante para el cabello en las puntas.
Protege tu cabello frente a los agentes externos (sol, frío, aire, etc) utilizando pañuelos, gorros, o sombreros que no opriman.
Bebe abundante líquido, preferiblemente agua, y mantén una dieta rica en frutas y en verduras para ayudar a mantener la calidad de tu cabello.
Si se produce una caída total del cabello, ya que algunos fármacos contra el cáncer no solamente producen un debilitamiento del cabello, sino que causan una caída completa del mismo, esta experta indica que el malestar que se genera en consecuencia es en parte debido al cambio que se produce en la autoimagen. "Si no te sientes bien en este aspecto puedes utilizar peluca, gorro, o pañuelo, por ejemplo", afirma.
CUIDADO DE UÑAS
En último lugar, la dermatóloga en el Centro Médico Teknon reconoce que las uñas también pueden verse afectadas por un tratamiento oncológico y, concretamente, cita que pueden producirse diversas alteraciones, como la aparición de bandas horizontales o verticales, la detención del crecimiento, reblandecimiento o engrosamiento de la uña, etc; entre otras.
"Estas alteraciones son consecuencia del tratamiento y suelen ser reversibles. No utilices corta-cutículas, cuchillas cortacallos, u otros utensilios que puedan producir cortes en la piel. Igualmente, intenta evitar en la medida de lo posible el uso de lacas de uñas semipermanentes y quitaesmaltes agresivos; ni tampoco uñas postizas, pues estos productos son agresivos y pueden empeorar la afectación de la uña. Para tratamientos más específicos es mejor que consultes a tu dermatólogo", concluye la doctora Alba Catal.