MADRID, 7 May. (EDIZIONES) -
Cada vez es más frecuente que se diagnostique a niños pequeños de piel atópica, ¿por qué? Además, con la llegada del buen tiempo nos exponemos más al sol y puede ayudar a aliviarla, pero también nos bañamos en piscinas cloradas o sudamos, hechos que pueden perjudicarla. ¿Cuáles son los mejores cuidados para este tipo de piel con la llegada del bueno tiempo?
En una entrevista con Infosalus, un referente de la Dermatología en España, el doctor Pedro Jaén, actual presidente de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) y jefe de Dermatología del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, nos ofrece las claves sobre la atopía, una patología que se diagnostica más porque los padres están cada vez más informados, según mantiene, y también porque, "aunque hay factores que seguro que se nos escapan", los niños crecen en ambientes muy limpios, con exceso de higiene, que la favorecen.
Relacionado con lo anterior, el también presidente de la Comisión Nacional de Dermatología del Ministerio de Sanidad advierte de que se trata de una enfermedad del primer mundo, ya que apenas se ve en los países en vías de desarrollo o zonas menos favorecidas, y que se observa fundamentalmente en ciudades, y apenas en zonas rurales.
"Su incidencia se ha triplicado en los últimos 30 años y afecta al 15% de la población española, llegando a casi un 30% en el caso de los niños menores de 10", apostilla con motivo de la publicación de 'Una piel para toda la vida. La Guía definitiva para mantenerla sana y joven' (Espasa), un manual en el que le dedica un apartado a la piel atópica, una patología sobre la que asegura que mejora con los años.
"La piel evoluciona. En la dermatitis atópica juega un papel muy importante el sistema inmune, que con la edad se va regulando. Con ello, las dermatitis atópicas de los menores se van modulando y autorregulando con el paso del tiempo y solo las formas más graves son las que prevalecerán en el adulto", afirma el también profesor titular de Dermatología de la Universidad de Alcalá de Henares, así como fundador y director del Grupo Pedro Jaén.
¿DE DÓNDE VIENE LA DERMATITIS ATÓPICA?
Se trata, según concreta, de una enfermedad inflamatoria de la piel, que es "crónica, recurrente" y de carácter hereditario: "Cursa en brotes y sus principales características son la aparición de eccemas y el picor intenso; tanto que puede interferir en la realización de tareas cotidianas y que multiplica el riesgo de lesiones en la piel debido al rascado. Es una patología compleja y multifactorial que ejerce un impacto muy relevante sobre la calidad de vida de los pacientes".
El doctor Jaén resalta que el síndrome atópico se manifiesta en individuos que tienen una alteración en su respuesta inmune, exagerada para ciertos estímulos como la exposición al polen o a ciertos alimentos, por ejemplo, y una alteración en la función barrera de la piel, de forma que será más permeable, permitiendo una mayor pérdida de agua así como la entrada de sustancias potencialmente irritantes. "Por lo tanto, el atópico puede presentar dermatitis (eccemas), asma y alergias", apostilla.
El primer síntoma de este síndrome es la dermatitis atópica, y lo que sí se sabe es que estos menores sí tienen cierta susceptibilidad de padecer asma o alergias, pues está en sus genes. "Si desde las primeras manifestaciones de dermatitis atópica actuamos de forma contundente podemos prevenir las alergias futuras y el asma. (...) ¿Es posible frenar su aparición? Sí lo es, y varios estudios lo demuestran. Si la barrera cutánea está en buen estado penetrarán menos sustancias que puedan estimular el sistema inmune del niño de forma exagerada y, por lo tanto, frenaremos el desarrollo futuro de alergias y de asma", destaca el experto.
La clave, según resalta, se encuentra en:
.- Hidratar mucho la piel sobre todo durante los primeros 20 meses de vida con productos específicos para piel atópica.
.- Tratar los eccemas de forma contundente, con los medicamentos que sean precisos
.- Los baños han de ser cortos y con productos hidratantes que respeten el manto lipídico de la piel, que es más débil en niños atópicos.
El síntoma principal es el picor, según revela el dermatólogo, y que acompaña a los pacientes durante el brote de eccemas, pero también podemos encontrarnos con niños atópicos que se quejan de picor con la piel aparentemente sana, subraya. "Esto se debe a que casi cualquier estímulo puede ocasionar picores en los niños atópicos (calor, sequedad ambiental, ciertas fibras textiles, sudoración...)", añade.
EL PAPEL DEL SOL
Por otro lado, el presidente de la AEDV destaca que con la llegada del buen tiempo hay muchos casos de dermatitis atópica que mejoran, si bien otros empeoran. Resalta que el sol es un inmunosupresor para nuestra piel, de forma que la dermatitis atópica es una respuesta excesiva de nuestro sistema inmune que el sol disminuye: "Es cierto que es el sol sin filtro solar hace disminuir de forma muy importante el número de células que tenemos en la piel y que atrapan sustancias externas que afectan a nuestro sistema inmune".
No obstante, con la llegada del buen tiempo dice que el calor hace sudar, lo que empeora las dermatitis, y en medio de un brote, al ser una inflamación, con el calor no suelen mejorar. También agrega que al bañarse en piscinas con agua clorada, una época en la que también nos exponemos a más productos en el ambiente, pueden empeorar las dermatitis atópica.
"Si el niño o la niña esta expuesto en tiempo corto sin filtro, fresquito y el baño es corto y más con agua salada que dulce es buena mezcla para que mejore su dermatitis. Si se baña en piscinas cloradas, suda, hay calor, y demasiada crema para protegerles del sol influye en que no mejoren estos cuadros", sentencia el jefe de Dermatología del Hospital Ramón y Cajal de Madrid y fundador del Grupo Pedro Jaén.