MADRID, 20 Jun. (EUROPA PRESS) -
Con la llegada del verano los pies, acostumbrados a llevar calcetines y calzado cerrado durante tanto tiempo experimentan un cambio drástico. Ante esta situación, los expertos recuerdan que son una de las extremidades que más sufren en los días de playa y recomiendan prestar especial cuidado en los meses de verano.
Con el fin de evitar que se resientan, el Colegio Oficial de Podólogos del País Vasco ha lanzado cinco consejos básicos:
1. Es muy importante hidratar adecuadamente los pies y no andar descalzo en piscinas ni baños públicos. Los pies quedan expuestos al sol por primera vez en unos diez meses. Situación que los hace especialmente vulnerables a las quemaduras.
Además, se debe prestar especial atención al dorso del pie, ya que es una zona que suele dejarse desprotegida y puede precisar protección mediante cremas protectoras solares para evitar quemaduras en la piel. En la medida de lo posible no hay que caminar descalzo en piscinas ni baños públicos porque son lugares de contagio potenciales de hongos u otras afecciones.
2. Usar calzado con sujeción en el tobillo y bien ventilado. El mejor calzado para esta estación serían chanclas y sandalias sujetas al pie. Gran parte del calzado usado en esta época estival no reúne las características adecuadas para los pies: falta de sujeción o suelas demasiado finas.
3. No dejar de usar calcetines de manera brusca y aplicar productos antitranspirantes. Al abandonar los calcetines, el pie queda más expuesto a rozaduras y ampollas, ya que el calcetín de algodón absorbe la humedad del pie generada por la transpiración y evita la maceración del mismo. Por otro lado, con el calor aumenta la sudoración corporal y especialmente en los pies. Esta situación puede prevenirse usando productos antitranspirantes. Un podólogo puede aconsejar cual es el idóneo para las diferentes características.
4. Cortar las uñas siempre rectas y no actuar sobre la piel con objetos punzantes o cortantes. A la hora de cortarse las uñas lo más recomendado es cortarlas en recto, evitando redondear las esquinas ya que así se previene, en lo posible, que se claven o causen dolor. Por otro lado, desde el Colegio Oficial de Podólogos del País Vasco explican que en el caso de los pacientes diabéticos o con problemas severos de circulación sanguínea en las extremidades inferiores, deben evitar a toda costa la aparición de heridas en los pies.
5. Evitar suela plana y optar por tacones. Los zapatos bajos carecen de elementos que permitan la amortiguación de los golpes que se producen al caminar, de manera que el pie recibe impactos continuamente. Por ello, lo recomendado es usar calzado con un tacón de 2 a 3 centímetros como máximo, ya que de esta forma se reducirán los impactos y se mejora la posición del pie y del cuerpo tanto al andar como al permanecer de pie.