MADRID, 7 Jun. (EUROPA PRESS) -
El doctor Julio Maset, médico de Cinfa, advierte de que la mascarilla no protege de los efectos nocivos de las radiaciones solares, ya que los rayos atraviesan la mascarilla y penetran en la piel, por lo que insiste en la importancia de aplicar fotoprotector por toda la cara.
"No debemos olvidar que la función de la mascarilla es protegernos de la infección por Covid-19, no del sol", reitera Maset. Tal y como recuerda, para asegurar una fotoprotección eficaz, los tratamientos solares deben estar avalados científicamente y proteger de los diferentes tipos de radiaciones solares, es decir, ultravioleta (UVA y UVB), infrarrojos (IR-A) y visible. "En función del tipo de piel, deberemos ajustar el factor de protección, pero, en todos los casos, este deberá ser igual o superior a 30", asegura.
Como otra medida clave, desde Cinfa recomiendan moderar el número de horas de exposición al sol y no hacerlo de forma brusca, especialmente en la época estival, "un momento en que la intensidad de las radiaciones es muy elevada", según explica el doctor Maset. "Los primeros días es conveniente no pasar más de una o, como mucho, dos horas bajo sus rayos y nunca hacerlo de las 12 del mediodía a las 4 de la tarde". Igualmente, es una buena opción recurrir a barreras físicas como gorras y gafas de sol, y resguardarse bajo la sombra de árboles, toldos o sombrillas.
En relación a esto último, el doctor ha recordado que también la altitud aumenta la peligrosidad del sol, así como algunos tipos de nubosidad y el agua, la arena, la hierba o la nieve, que reflejan las radiaciones. En este sentido, antes de la exposición al sol o una actividad al aire libre, aconseja informarse sobre la intensidad de las radiaciones a través de canales como la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). "A partir de un índice 6, el riesgo es alto y se deben extremar las medidas de fotoprotección", comenta.
Otro factor a tener en cuenta es el uso de un fotoprotector adecuado al fototipo de cada persona y a las circunstancias de la exposición. "Hay que elegir productos cuyo envase especifique que protege de todos los tipos de radiaciones solares: la ultravioleta, la infrarroja y la visible, y hay que aplicarlo media hora antes de exponerse al sol y reaplicarlo cada dos horas y tras el baño, acordándose de secar bien la piel antes; además, anima a elegir bálsamos labiales con filtros solares", recomienda el doctor Maset.
Asimismo, para sobrellevar el calor e, incluso, proteger la piel de lesiones por rozaduras, se aconseja optar por prendas holgadas y ligeras, de tejidos frescos y naturales como el lino y el algodón, y colores claros. "Respecto a la gorra o sombrero, uno de ala ancha proyectará sombra a tu rostro y cuello, además de cubrir tu cabeza", afirma el doctor.
Por otro lado, Maset ha resaltado la importancia de usar gafas de sol para evitar los daños oculares. Es necesario que las gafas tengan una protección del 100 por ciento frente a los rayos UV y, solo si están homologadas por la Unión Europea, se puede garantizar que así sea. Las que mejor protegen los ojos y la piel que los rodea son las gafas de tipo envolvente, según este experto. Además, también aconseja resguardarse de los rayos del sol bajo los árboles o una sombrilla, lo que no quita que se deba usar fotoprotección igualmente.
Asimismo, el doctor insiste en la importancia de educar a los hijos sobre la necesidad de protegerse del sol. "Los niños menores de 1 año nunca deben ser expuestos directamente al sol y, cuando tienen 2 o 3 años, sus padres deben extremar todas las medidas de fotoprotección (prendas de vestir, gorros y gafas de sol), así como aplicarles fotoprotectores específicos para niños con SPF 50+ y el símbolo".
Por último, Maset insta a tener cuidado con las salas de bronceado. "El bronceado artificial no protege frente al fotoenvejecimiento y conlleva un riesgo de cáncer de piel, según la Organización Mundial de la Salud", concluye.