MADRID, 1 Jul. (INFOSALUS) -
Las directrices europeas prohíben en cosméticos el uso de plomo pero este metal pesado está en todas partes: agua, alimentos o cigarrillos y es inevitable su ingestión. En los maquillajes su existencia puede derivarse de productos procedentes de plantas contaminadas por plomo o del proceso de fabricación, aunque se trata de niveles bajos no peligrosos para la salud pública.
PLOMO EN EL MAQUILLAJE
Según explica a Infosalus la doctora Ana Rita Rodrigues, dermatóloga y miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), la existencia de plomo en sí no induce reacciones en la piel, pero sí hay personas que pueden desarrollar eccemas de contacto por su existencia en ciertos productos cosméticos.
Los síntomas que pueden presentarse por la existencia de plomo en el maquillaje son dermatitis, eccemas, enrojecimiento y descamación, pequeñas vesículas y mucho picor. "La reacción al plomo se presenta en aquellas áreas donde se ha empleado el cosmético, en la mayoría de ocasiones párpados de los ojos y labios", señala la dermatóloga.
En cuanto a las plantas empleadas para los principios activos de los productos cosméticos hay directivas que limitan su uso si los niveles de contaminación superan determinados umbrales y están sujetas a controles.
Pero la contaminación por plomo también puede producirse durante el proceso de fabricación y a través de los pigmentos presentes en pintalabios, sombras de ojos y maquillajes en los que se emplean colorantes con una cantidad quizá despreciable de plomo en cuanto a su repercusión para la salud pública. "El nivel por contacto con maquillajes es más bajo que por alimentos, el aire o el agua", señala Rodrigues, especialista del Grupo Pedro Jaén.
Los problemas que puede ocasionar el plomo en el organismo humano se han descrito en una variedad de estudios en los que se muestran los problemas sistémicos por absorción cutánea de este metal con síntomas que van desde las encefalopatías, con repercusiones en la alteración del comportamiento, y su depósito en otros órganos y sistemas del organismo que alteran su correcto funcionamiento.
Esta absorción se produce a través de la fina piel de los labios, cuando se emplean pintalabios con plomo, o de la conjuntiva ocular si se trata de sombras o máscaras de ojos. "Hay personas que pueden estar más predispuestas a una mayor absorción y al depósito del plomo por padecer algún tipo de alteración de la barrera cutánea o bien por hábitos como morderse los labios pintados", apunta la dermatóloga.
Así, la piel atópica, una condición muy común, u otras dermatitis permiten un mayor paso de sustancias nocivas como el plomo que no pasarían si la barrera cutánea permaneciera íntegra, lo que podría ocasionar eccemas de contacto alérgicos.
"Los cosméticos están sujetos a controles de calidad que garantizan que se cumplen las directivas europeas", señala la dermatóloga de la AEDV, sin embargo, advierte que los cosméticos comprados en mercadillos que no pasan estos controles de salud pública o los que proceden de otros mercados como el de Estados Unidos son susceptibles de acomodarse a otras normativas más laxas en determinados aspectos y por lo tanto hay que ser prudentes en su uso, sobre todo en el caso de tener una piel sensible.
CONSERVANTES: COMUNES Y MÁS ALÉRGICOS
La dermatóloga señala que existen conservantes y fragancias en los productos cosméticos que ocasionan más reacciones en la piel que elementos más vigilados como el plomo. "Los conservantes se encuentran en todas partes, cualquier producto diseñado para durar más de un mes requiere del uso de conservantes", apunta la especialista.
Desde la AEDV se están realizando recomendaciones a las autoridades europeas para limitar el uso de algunos conservantes como la metilcloroisotiazolinona y metilisotiazolinona (MCIT/MIT). Otros organismos mas específicos como la Sociedad Europea de Dermatitis de Contacto realizan gestiones directas con las autoridades europeas, en las que también participan los dermatólogos españoles.
Los conservantes se utilizan no sólo en cosméticos, sino también en los productos de limpieza, para uso industrial, en ambientadores, pinturas al agua, etc. Se trata de minimizar su uso, limitar más su concentración en los productos o encontrar una alternativa que ocasione menos problemas.
"Las personas que tienen una barrera cutánea alterada se encuentran entre las que más cosméticos usan y esto aumenta las posibilidades de que se vuelvan alérgicos. Aunque las cantidades que se incluyen en los productos están bien reguladas, el problema está en que el uso de múltiples cosméticos por una persona lleva a una acumulación y aumento de la cantidad de estos componentes que llega hasta su piel", concluye Rodrigues.