MADRID, 27 Jul. (EDIZIONES) -
Nuestra piel no siempre es igual. No solo cambia con el paso del tiempo, y envejece, sino que también en nuestra piel influyen nuestras emociones o incluso el clima en el que vivamos. El verano es una época muy especial del año donde los cuidados o necesidades de nuestra piel cambian totalmente.
Es por ello por lo que charlamos en Infosalus con la dermatóloga Natalia Jiménez, médica adjunta en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid, y miembro del Grupo de Dermatología Pedro Jaén, también de Madrid, que acaba de publicar 'Ponte en tu piel' (Aguilar), un libro en el que advierte de que la piel cambia a lo largo de nuestra vida, con 40 años no tenemos la misma piel que con 16 cuando teníamos acné o con los 25, y ni mucho menos será la misma piel que cuando tengamos 60 u 80 años.
También en el estado de nuestra piel dice que influyen factores externos, como los climatológicos, y que pueden hacer que nuestra superficie cutánea varíe: "Nuestra piel no estará igual en un clima seco que en otro con humedad ambiental".
Por ejemplo en Madrid, zona centro del país, donde predomina un clima de interior, la piel estará más seca, y podrá desarrollar incluso dermatitis, que en las zonas de humedad ambiental, como la costa, donde mejora el estado de la piel de las personas con piel seca por la humedad ambiental, esta ya no estará deshidratada.
Otro factor y que influye mucho en nuestra piel en el verano es el sol. Explica la doctora Jiménez que es un factor que, a la larga, induce envejecimiento de la piel en forma de manchas y de arrugas, aparte de representar también el principal factor de cáncer de piel. "En el efecto inmediato, más en el corto plazo, la exposición solar la deja más apagada, la deshidrata, de forma que las personas en un clima más soleado o en un trabajo de exterior suelen presentar una piel con esas características", incide esta dermatóloga.
LOS CUIDADOS DEL VERANO
Dado que como con las estaciones también es capaz de variar el estado de nuestra piel, la experta del Hospital Ramón y Cajal de Madrid indica que también deben hacerlo las cremas de rutina de cuidado facial, siendo estas diferentes en invierno y en verano.
"Por ejemplo, en invierno estamos sometidos habitualmente a un clima más frío que hace que la piel esté más seca y que requiera una mayor hidratación y que elijamos determinados productos con fórmulas hidratantes, más cremas que sérum, o usar jabones que no deshidraten en exceso", aclara Jiménez.
Ahora bien, en verano, fruto de una mayor temperatura ambiental, reconoce que lo idóneo es elegir unas texturas más ligeras, que no obstruyan los poros, así como el empleo de jabones más activos y con capacidad de limpieza mayor porque tenemos mayor sudoración en la cara y usamos el filtro solar, recomendado cada 2-3 horas en esta época, y donde debe primar una buena limpieza de la piel.
"Los activos que usamos a lo largo del año pueden cambiar. En general, se recomienda todo el año fotoprotector solar y la vitamina C. Sobre el retinol, este se puede usar todo el año siempre y cuando este producto no nos irrite la piel. En verano podemos usar un retinol más suave y menos días a la semana para que no nos irrite", agrega.
LOS COMPLEMENTOS SON NECESARIOS
Por otro lado, esta especialista comenta y aconseja el uso de un buen sombrero y de unas gafas de sol en el verano, aparte de los cuidados antes descritos, y de una buena fotoprotección porque estos productos reconoce que "no son infalibles".
Aquí resalta la importancia de emplear fotoprotector solar todos los días del año, incluso los días nublados: "Idealmente los más indicados son los de amplio espectro, que cubran los diferentes tipos de radiación solar. Deben usarse en días nublados también porque sabemos que el efecto negativo de la radiación en la piel no solo es en el corto plazo. La exposición a diario de baja intensidad es la responsable del envejecimiento".
Aunque se recomienda el fotoprotector todo el año, en verano advierte de que hay que estar más atentos con los retoques porque su eficacia baja a partir de las dos horas de aplicarlo.
"En verano es muy importante utilizar protector solar cada dos o tres horas, una práctica difícil a veces, pero para la que la cosmética ha evolucionado y hay filtros fáciles de protección, como brumas y 'sticks' para el retoque que podemos emplear en estos casos", sostiene. Es más, esta dermatóloga subraya que si pasamos mucho tiempo dentro del agua lo idóneo es reaplicarlo, aparte de insistir en las medidas físicas.