MADRID 1 Ago. (EUROPA PRESS) -
La hiperfotosensibilidad, comúnmente denominada alergia al sol, es una reacción exagerada de la piel ante la exposición solar que puede provocar edemas, inflamación y dolor, entre otros síntomas, según han advertido desde el Instituto de Dermatología Integral (IDEI).
La erupción polimorfa lumínica es la afección más común que produce la hiperfotosensibilidad y llega a afectar a entre el 10 y el 20 por ciento de la población, especialmente a mujeres, según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica. Se caracteriza por la aparición de lesiones, en su mayoría pruriginosas, vesículas, pápulo-pústulas, eccemas, erosiones, costras e, incluso inflamación. Aparecen a las horas de la exposición solar y pueden durar días. El tratamiento suele constar de tratamiento de desensibilización mediante fototerapia y aplicación de corticoides tópicos.
Por su parte, la urticaria solar es menos frecuente y suele cursar con ronchas o habones (similares a los que produce la picadura de un insecto) con intenso picor, suele desaparecer en aproximadamente 3 horas, aunque puede durar hasta 24 horas.
"Ante la aparición de cualquier síntoma es recomendable acudir a un especialista en dermatología para que haga un examen físico y una historia clínica, para llegar a un diagnóstico preciso. También puede ser necesario realizar una biopsia para tratar de establecer un tratamiento farmacológico en caso de ser necesario", ha explicado el director del IDEI, Miguel Sánchez Viera.
La directora médica del IDEI, Isabel del Campo, ha recordado que "no existe un bronceado saludable ya que no es más que una reacción de la piel ante un daño solar". A este respecto, han señalado que las redes sociales pueden ser un canal de difusión importante para alertar a todos aquellos jóvenes que siguen tomando el sol sin utilizar crema solar.
Con el objetivo de evitar las reacciones adversas de la hiperfotosensibilidad, los especialistas han recomendado aplicar el fotoprotector solar adecuadamente. A este respecto, han explicado que debe reaplicarse 30 minutos antes de la exposición solar, volver a hacerlo cada dos horas, cada vez que se sude o después de un baño y ser generosos con la cantidad de fotoprotector empleada.
Además, han aconsejado evitar las exposiciones prolongadas en las horas centrales del día, entre las 11 y las 18 horas, así como evitar utilizar las cabinas de bronceado porque diversos estudios confirman que multiplican la posibilidad de sufrir un cáncer de piel. De forma anual, han instado a acudir a revisiones dermatológicas que incluyan la realización de técnicas como la dermatoscopia y el mapeo corporal, que permiten la detección de muchas lesiones tempranas, sobre todo en personas con antecedentes o de mayor riesgo.