MADRID, 17 Dic. (EUROPA PRESS) -
A pesar de la obsesión mundial con las dietas y los regímenes de adelgazamiento, muchos profesionales de la salud no pueden responder correctamente a la pregunta de dónde va a parar la grasa corporal cuando las personas pierden peso. Sin embargo, un estudio de la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW, por sus siglas en inglés), en Australia, ha revelado ahora que la mayor parte se va en el aire y, el resto, en forma de agua.
LA GRASA AL ADELGAZAR
El error más común entre los médicos, los dietistas y los entrenadores personales es que la masa faltante se ha convertido en energía o calor. "Es sorprendente la ignorancia y la confusión sobre el proceso metabólico de la pérdida de peso", afirma el profesor Andrew Brown, director de la Escuela de Biotecnología y Ciencias Biomoleculares de UNSW.
"La respuesta correcta es que la mayoría de la masa es exhalada como dióxido de carbono. Se va en el aire", expone el autor principal del estudio, Ruben Meerman, físico australiano y presentador de televisión sobre temas científicos.
En su artículo, publicado en 'British Medical Journal' (BMJ), los autores del trabajo muestran que la pérdida de 10 kilogramos de grasa requiere la inhalación de 29 kilogramos de oxígeno y que este proceso metabólico produce 28 kilogramos de dióxido de carbono y 11 kilogramos de agua.
Meerman se interesó en la bioquímica de la pérdida de peso por su propia experiencia personal. "He perdido 15 kilos en 2013 y simplemente quería saber a dónde habían ido eso kilos. Después de un curso acelerado autodirigido en bioquímica, me topé con este resultado sorprendente", dice.
"Con una crisis de obesidad actualmente en todo el mundo, debemos saber la respuesta a la simple pregunta de dónde va la grasa. El hecho de que casi nadie podía responder me cogió por sorpresa, pero sólo fue cuando presenté a Andrew mis datos que ambos nos dimos cuenta de lo mal que se está enseñando sobre este tema", relata.
Los autores se conocieron cuando Meerman entrevistó al profesor Brown en una historia sobre la ciencia de la pérdida de peso para su programa de en el canal ABC en marzo de este año. "El nuevo enfoque de Ruben sobre la bioquímica de la pérdida de peso fue rastrear cada átomo de grasa que se pierde y, hasta donde yo tengo conocimiento, sus resultados son completamente nuevos en el campo", resalta Brown.
MÁS DEL 80% SE VA A TRAVÉS DE LOS PULMONES
Si seguimos los átomos en 10 kilogramos de grasa que se 'pierden', 8,4 de esos kilos se exhalan como dióxido de carbono a través de los pulmones y los 1,6 kilogramos restantes se convierte en agua, que puede ser excretada en la orina, las heces, el sudor, la respiración, las lágrimas y otros fluidos corporales, informan los autores.
"Nada de esto es evidente para las personas porque el dióxido de carbono que exhalamos es invisible", destaca Meerman. Más del 50 por ciento de los 150 médicos, dietistas y entrenadores personales que fueron entrevistados para este trabajo pensaba que la grasa se convertía en energía o calor.
"Esto viola la Ley de Conservación de la Masa. Sospechamos que este error se debe al mantra de la entrada y salida de energía que rodea la pérdida de peso", plantea Meerman. Algunos de los encuestados creían que los metabolitos de la grasa se excretan en las heces o se convierten en músculo, de forma que los autores destacan que las "ideas erróneas" que encontraron en las respuestas de los profesionales revelan un "sorprendente desconocimiento" sobre aspectos básicos de cómo funciona el cuerpo humano".
Una de las preguntas más frecuentes que los investigadores han encontrado es si simplemente respirar más puede causar pérdida de peso, cuya respuesta es que no. Respirar más de lo necesario para la tasa metabólica de una persona conduce a la hiperventilación, que puede provocar mareos, palpitaciones y pérdida de la conciencia.