MADRID, 13 Dic. (EUROPA PRESS) -
Las principales afecciones cutáneas que empeoran con el estrés son psoriasis, acné y dermatitis atópica, además se ha asociado a la aparición de brotes de otras enfermedades como dermatitis seborreica, alopecia areata y rosácea, y, según explica la dermatóloga María Calvo Pulido, si el estrés es crónico puede provocar envejecimiento prematuro de la piel.
La experta, quien va a formar parte del Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo, señala que "tanto pacientes como dermatólogos están convencidos de que el estrés puede empeorar determinadas enfermedades de la piel, de hecho, se estima que hasta un 25-30% de los pacientes que acuden a una consulta de Dermatología, tienen asociado un componente psicológico".
Cuando se prolonga en el tiempo la situación de estrés, se produce una situación de inmunosupresión que, según señala, "aumenta la susceptibilidad a infecciones y el empeoramiento de enfermedades alérgicas e inflamatorias". En lo relativo a la piel, añade, "ha demostrado en experimentos animales aumentar la incidencia de cáncer de piel asociado a radiación ultravioleta".
La piel tiene un papel muy importante de protección frente a agentes agresivos externos, regulando funciones inmunológicas, y en definitiva participando activamente en una correcta homeostasis o equilibrio. "Numerosos estudios han demostrado como la piel es capaz de detectar por sus receptores de dolor, presión y temperatura, una situación estresante y mandar la información al cerebro", explica.
A la hora de actuar contra el estrés, como parte del tratamiento de algunas enfermedades cutáneas, Calvo señala que, es probable que en pacientes seleccionados, "una terapia para reducir su estrés que puede consistir en únicamente una correcta explicación de su enfermedad, evolución y tratamiento en la consulta, junto con el tratamiento dermatológico adecuado, contribuiría a una mejor adhesión al plan de terapéutico y consecuentemente mejores y más rápidos resultados".