MADRID, 14 Jun. (EDIZIONES) -
Sudar no es malo, es importante para el control de nuestra temperatura y la creación de una primera barrera de defensa cutánea. No obstante, hay personas que llegan a sudar muchísimo, a pesar de que haga fresco o se esté en reposo. En la mayor parte de los casos la sudoración es perfectamente natural y, generalmente, las personas sudan más en temperaturas cálidas, al ejercitarse, o en respuesta a situaciones que las hacen sentirse nerviosas, enojadas, avergonzadas, o con miedo.
No obstante, cuando la sudoración excesiva y se presenta sin estos desencadenantes estamos hablando de hiperhidrosis. Según la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, las personas con hiperhidrosis parecen tener las glándulas sudoríparas hiperactivas. "La sudoración incontrolable puede llevar a una molestia significativa, tanto física como emocional", indica.
Además, subraya que la sudoración excesiva suele afectar a las manos, a los pies, y a las axilas. En este caso se llama hiperhidrosis primaria o focal. Es un proceso bastante habitual (afecta entre el 1-3% de la población), aunque posiblemente no se consulta excesivamente por ello, dada la falta de eficacia, hasta ahora, de los tratamientos instaurados, según comenta la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV).
En la mayor parte de los casos, no se puede encontrar la causa y parece ser hereditario. Eso sí, si la sudoración tiene lugar como resultado de otra afección médica, se llama hiperhidrosis secundaria. La sudoración puede presentarse en todo el cuerpo o sólo en una zona.
EL PAPEL DEL SISTEMA NERVIOSO Y TRATAMIENTOS
En este sentido, la jefa del servicio de Dermatología del Hospital Universitario Infanta Elena de Valdemoro (Madrid), la doctora Inés Gonzalo González, explica a Infosalus que el control de la sudoración corre a cargo del sistema nervioso autónomo, sobre el que no se tiene control, y que regula funciones como la respiración o el latido cardíaco.
Las causas de hiperhidrosis son múltiples: enfermedades neurológicas, endocrinológicas (hipertiroidismo), neoplasias, medicamentosas, fisiológicas (menopausia), o la idiopática (de causa desconocida), que es la que con más frecuencia se ve en las consultas de dermatología. "No existe acuerdo sobre la posible herencia de la hiperhidrosis idiopática, aunque sí se ha visto que pueden existir varios miembros de una misma familia afectos, por lo que podría haber un componente hereditario", apostilla Gonzalo González.
Además, la especialista subraya que esta patología no se asocia al mal olor corporal. Así, precisa que existen de dos tipos: la localizada en una determinada área anatómica, y después la generalizada por todo el cuerpo. Sobre los tratamientos, subraya que cuando la hiperhidrosis tiene una causa orgánica el tratamiento pasa por solucionar dicha causa.
En el caso de la hiperhidrosis idíopática existen varios tratamientos en función de su extensión y de las preferencias del paciente. A nivel tópico, se pueden usar antiperspirantes a base de sales de aluminio a diferentes concentraciones. Como tratamiento oral, Gonzalo dice que existen unos fármacos llamados anticolinérgicos, betabloqueantes o benzodiacepinas, que actuarían sobre el sistema nervioso autónomo.
La 'iontoforesis' es otra alternativa en la que se aplica una corriente eléctrica de manera transcutánea. Se trata de 'inyectar en la piel' sustancias a partir de una corriente eléctrica que pasa, a través del agua desde un polo eléctrico a la piel. "Resulta una terapia efectiva, pero difícil de realizar dado el tiempo que conlleva. En el futuro podrían mejorarse sus resultados usando anticolinérgicos tópicos o quizás toxina botulínica", precisa sobre este asunto la AEDV.
También se pueden realizar infiltraciones subcutáneas de toxina botulínica. "El favorito a día de hoy, sobre todo a nivel axilar. Es un excelente tratamiento para la hiperhidrosis axilar y palmar. Sus principales inconvenientes radican en su precio, el dolor que provoca la infiltración, la necesidad de realizar entre dos y tres tratamientos al año, pues su duración es de 4 a 6 meses. A pesar de todo en nuestra experiencia resulta ser la medida de elección en el momento actual y un hecho que lo avala es que los pacientes solicitan su uso, pues es un tratamiento que engancha. Aunque no hay demasiados trabajos, también en la hiperhidrosis facial resulta eficaz", sostiene la AEDV.
Por último, se podría realizar una intervención quirúrgica (simpatectomía) para eliminar los ganglios encargados de estimular la sudoración de axilas y manos. Habitualmente la practican los cirujanos torácicos con "excelentes resultados" en cuanto a la disminución de la sudoración en manos y axilas, que además resulta definitiva. Su principal inconveniente estriba en la aparición de la hiperhidrosis compensatoria, es decir, el paciente deja de sudar en manos y axilas pero aumenta la sudoración en otras localizaciones como en la cara, en la espalda, o en el pecho, por ejemplo.
Por otro lado, la jefa del servicio de Dermatología del Hospital Universitario Infanta Elena de Valdemoro (Madrid), subraya que no existen datos clínicos que confirmen que se sude más al depilarse, aunque afirma que sí hay algún caso descrito de hiperhidrosis tras la depilación láser.