¿Cómo librarnos de las cicatrices del acné?

Mujer acné, marcas en la piel, espejo
Foto: GETTY//JWILLISPHOTOGRAPHY
Actualizado: martes, 18 noviembre 2014 15:09

MADRID, 18 Nov. (INFOSALUS) -

   El acné es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que afecta en mayor medida a adolescentes y que es cada vez más frecuente en la mujer adulta. El 90% de los pacientes de acné son adolescentes que tras convertirse en adultos podrán presentar en mayor o menor medida cicatrices derivadas de la enfermedad.

   El acné se caracteriza por lesiones inflamatorias que, en el caso de los menores, afectan en gran medida a su calidad de vida al interferir con sus relaciones sociales a una edad en la que éstas cobran especial importancia con el tránsito a la vida adulta.

   Según explica a Infosalus José Luis López Estebaranz, presidente de la Sección Centro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), entre un 80% y un 90% de las cicatrices producidas por las lesiones de acné persisten o se convierten en permanentes.

   "Se pueden prevenir las cicatrices tratando de forma precoz el acné, no es algo que se pasa con la edad, sino que debe ser tratado por un especialista", señala el dermatólogo.

   Las lesiones del acné pueden tomar múltiples formas como comedones, nódulos o fístulas. Son especialmente graves el acné noduloquístico, de lesiones nodulares grandes, y el fulminante, una forma de acné muy agresiva, de gran carácter inflamatorio en la que se pueden presentar úlceras.

   Estas lesiones que dejan cicatrices pueden producirse en cara, tórax y nalgas. En la cara se han asociado a las zonas en las que existe una mayor presencia de glándulas sebáceas, en la llamada zona T que incluye a frente, nariz y barbilla. En el caso del acné en la edad adulta se presenta también en lo que se denomina zona U, que incluiría a mejillas, zona preribucal y cuello.

   Existe cierto componente genético que interviene en su desarrollo, los menores que tienen un padre o una madre que ha padecido acné son más propensos a padecerlo. En cuanto a los sexos, ambos desarrollan la enfermedad si bien se advierte una mayor severidad en los varones y más persistencia con el paso de los años en las mujeres.

   Tanto hombres como mujeres acuden a consulta para eliminar en la medida de lo posible las cicatrices que dejaron tras de sí las lesiones ya que suelen ser muy visibles, en algunos casos similares a las cicatrices de la viruela y en los hombres más comunes en espalda y tórax.

CÓMO TRATAR LAS CICATRICES

   El doctor López Estebaranz, jefe de Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Fundación Alcorcón de Madrid explica a Infosalus que las cicatrices atróficas, las que presentan una depresión en la piel, se pueden tratar mediante:

* Láser fraccionado de CO2 o erbio: es una técnica sofisticada que reduce en gran medida la posibilidad de efectos secundarios y limita casi por completo la necesidad de una baja laboral. La técnica alisa la superficie de la piel y estimula la producción de colágeno. En varias sesiones se pueden conseguir los beneficios esperados.

* Radiofrecuencia fraccionada ablativa: no altera la epidermis sino que supone la estimulación térmica de la dermis con un sistema de agujas que se aplica sólo a determinadas partes de la piel dejando otras sin tratar lo que produce una remodelación del colágeno.

* Cirugía: con la técnica de 'micropunch' se realizan pequeños agujeritos alrededor del borde de la cicatriz que liberan tejido fibroso y permiten que suba la piel. Se pueden realizar además pequeños pinchazos para estimular la producción de colágeno.

* Luz intensa pulsada: este tipo de técnica aplicada mediante láser se emplea en los casos en los que se han producido cambios pigmentarios o cicatrices eritemosas.

* Dermoabrasión: es un método que casi no se emplea debido a sus efectos secundarios. Este sistema 'pule' la piel de forma más agresiva, es difícil determinar la profundidad que alcanza en la piel y puede dar lugar a hiperpigmentación, eritemas persistentes e incluso cicatrices hipertróficas.

* Cremas regenerantes: son un complemento a otras técnicas al ayudar a estimular la fabricación de colágeno.

   Según explica Estebaranz, en el tratamiento de las cicatrices hipertróficas y los queloides, cuando lo que ocurre no es que la piel aparece deprimida sino con un exceso de producción de colágeno que sobresale, el tratamiento es distinto.

   En estos casos se emplea la infiltración de corticoides o de 5-fluorouracilo (5-FU), combinado con crioterapia y láseres vasculares y fraccionados. De este modo, lo que se busca es detener la producción de colágeno por parte de los fibroblastos, las células de la piel encargadas de su síntesis.

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