MADRID, 1 Sep. (EDIZIONES) -
Desde hace ya más de un siglo se sabe que la prevención de enfermedades empieza por un simple lavado de manos, una medida muy poderosa para protegernos de numerosos gérmenes. Se han desarrollado además vacunas y tratamientos preventivos para impedir el contagio de numerosas enfermedades. Pero hay más formas de conseguirlo.
"En cualquier caso, la mejor medida preventiva es el conocimiento de la enfermedad y sus vías de contagio, pues nos permitirán tomar las decisiones adecuadas a la hora de evitar riesgos (sin ir más lejos, por ejemplo, ponerse preservativo en las relaciones sexuales evita exposiciones a infecciones de transmisión sexual, incluido el sida)", advierte en una entrevista con Infosalus el coordinador del grupo de trabajo de Enfermedades Infecciosas, Medicina Tropical y del viajero de SEMERGEN, el doctor Manuel Linares.
Aquí también, el experto subraya que, sin ninguna duda, el ejercicio nos ayuda a estar más sanos y a prevenir enfermedades. "Es una actividad recomendada para todas las personas de todas las edades, tanto sanas como enfermas, y lógicamente siempre que se adapten las pautas de ejercicio a las necesidades, capacidades y circunstancias particulares de cada individuo", indica.
A su juicio, la práctica habitual de ejercicio físico tiene unos beneficios ampliamente estudiados y demostrados, como la estimulación y cuidado de nuestra mente, así como de nuestro sistema musculuesquelético, una mejora de nuestra capacidad respiratoria, o por ejemplo, por el hecho de que regula nuestra actividad intestinal, ayuda a descansar, así como en enfermedades de tipo cardiovascular, diabetes, sobrepeso, artrosis, o en algunos tipos de cáncer.
"El ejercicio físico (correctamente adaptado, claro está) actúa como factor protector o como tratamiento que puede ayudar a disminuir la sintomatología", celebra el representante de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), el doctor Linares.
EL GRAVE PROBLEMA DE LA INACTIVIDAD FÍSICA
En este sentido, desde la OMS destacan que la inactividad física es el cuarto factor de riesgo en lo que respecta a la mortalidad mundial (6% de las muertes registradas en todo el mundo). Además, estima que la inactividad física es la causa principal de aproximadamente uno de cada 4 cánceres de mama y de colon, el 27% de los casos de diabetes, y aproximadamente el 3 de cada 10 de la carga de cardiopatía isquémica.
"Un nivel adecuado de actividad física regular en los adultos reduce el riesgo de hipertensión, cardiopatía coronaria, accidente cerebrovascular, diabetes, cáncer de mama y de colon, depresión y caídas; mejora la salud ósea y funcional, y es un determinante clave del gasto energético. Por tanto, es fundamental para el equilibrio calórico y el control del peso", destaca la Organización Mundial de la Salud.
Con ello, establece una serie de recomendaciones de ejercicio físico, en función de la edad, que aquí abajo plasmamos:
A) Jóvenes de 5 a 17 años: La actividad física consiste en juegos, deportes, desplazamientos, actividades recreativas, educación física o ejercicios programados, en el contexto de la familia, la escuela o las actividades comunitarias. Con el fin de mejorar las funciones cardiorrespiratorias y musculares, y la salud ósea aconseja:
- Como mínimo 60 minutos diarios en actividades físicas de intensidad moderada a vigorosa.
- La actividad física por un tiempo superior a 60 minutos diarios reportará un beneficio aún mayor para la salud. En su mayor parte debería ser aeróbica.
- Convendría incorporar, como mínimo 3 veces por semana, actividades vigorosas que refuercen, en particular, los músculos y huesos.
B) Adultos de 18 a 64 años: Actividades recreativas o de ocio, desplazamientos (por ejemplo, paseos a pie o en bicicleta), actividades ocupacionales (es decir, trabajo), tareas domésticas, juegos, deportes o ejercicios programados en el contexto de las actividades diarias, familiares y comunitarias. Con el fin de mejorar las funciones cardiorrespiratorias y musculares y la salud ósea y de reducir el riesgo de depresión, se recomienda que:
- Como mínimo 150 minutos semanales a la práctica de actividad física aeróbica, de intensidad moderada, o bien 75 minutos de actividad física aeróbica vigorosa cada semana; o bien una combinación equivalente de actividades moderadas y vigorosas.
La actividad aeróbica se practicará en sesiones de 10 minutos de duración, como mínimo.
- A fin de obtener aún mayores beneficios para la salud, los adultos de este grupo de edades aumenten hasta 300 minutos por semana la práctica de actividad física moderada aeróbica, o bien hasta 150 minutos semanales de actividad física intensa aeróbica, o una combinación equivalente de actividad moderada y vigorosa.
- 2 veces o más por semana realicen actividades de fortalecimiento de los grandes grupos musculares.
C) Adultos mayores (de 65 años en adelante): Actividades recreativas o de ocio, desplazamientos (por ejemplo, paseos caminando o en bicicleta), actividades ocupacionales (cuando la persona todavía desempeña actividad laboral), tareas domésticas, juegos, deportes o ejercicios programados en el contexto de las actividades diarias, familiares y comunitarias. Se recomienda que:
- Dedicar 150 minutos semanales a realizar actividades físicas moderadas aeróbicas, o bien algún tipo de actividad física vigorosa aeróbica durante 75 minutos, o una combinación equivalente de actividades moderadas y vigorosas.
- La actividad se practicará en sesiones de 10 minutos, como mínimo.
- A fin de obtener mayores beneficios para la salud, los adultos de este grupo de edades dediquen hasta 300 minutos semanales a la práctica de actividad física moderada aeróbica, o bien 150 minutos semanales de actividad física aeróbica vigorosa, o una combinación equivalente de actividad moderada y vigorosa.
- Aquellos con movilidad reducida realicen actividades físicas para mejorar su equilibrio e impedir las caídas, 3 días o más a la semana.
- Convendría realizar actividades que fortalezcan los principales grupos de músculos dos o más días a la semana.
- Cuando los adultos de mayor edad no puedan realizar la actividad física recomendada debido a su estado de salud, se mantendrán físicamente activos en la medida en que se lo permita su estado.