MADRID, 7 Feb. (EDIZIONES) -
La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) reconoce que durante el embarazo se producen una serie de alteraciones en los vasos sanguíneos, en el sistema endocrino, en el metabolismo y en el sistema inmune que hacen que la mujer embarazada sea especialmente susceptible a cambios en su piel.
Estos pueden ser fisiológicos (normales), como patológicos (anormales), según precisa. En concreto, los más frecuentes son: la hiperpigmentación (o aumento de pigmentación en la piel), el cloasma o melasma (manchas), hirsutismo (aparición de vello o más vello de lo habitual) estrías de distensión, acné, alopecia androgénica y cambios vasculares como telangiectasias o arañas vasculares, varices y edemas.
En una entrevista con Infosalus, la jefa de Dermatología del Hospital Universitario Príncipe de Asturias (Alcalá de Henares, Madrid), la doctora Lidia Trasobares, explica en este sentido que en el embarazo se producen cambios hormonales, metabólicos e inmunológicos, que conducen a manifestaciones dermatológicas fisiológicas, es decir, no son enfermedades sino modificaciones cutáneas inherentes a esa situación.
"La placenta funciona como un órgano hormonal, se produce un aumento de actividad adrenal e hipofisaria y, junto con la contribución de las glándulas endocrinas del feto, se origina un aumento de corticoides, un metabolismo acelerado, y un aumento en la producción de progesterona y de estrógenos, responsables de la mayor parte de los cambios cutáneos durante la gestación", precisa.
Así, detalla y explica brevemente cuáles son los principales cambios cutáneos en el embarazo:
.- Hiperpigmentación: Se produce en la mayor parte de las mujeres, especialmente en las de piel y pelo más oscuro. Se pigmentan con más intensidad la línea alba, la zona periumbilical, las areolas y los genitales externos.
.- Cloasma gravídico: También es frecuente su aparición, son como manchas de color marrón en las mejillas, en la frente y en el labio superior. Estas lesiones suelen mejorar en los meses posteriores al parto.
.- Estrías de distensión: Surgen en más de la mitad de las gestantes y con predominio en el abdomen. Aparecen en el tercer trimestre y se han asociado a antecedentes familiares de estrías, gestación a edad temprana, niños con peso elevado e índice de masa corporal elevado.*
.- Cambios en el pelo: Se produce un aumento de los pelos en fase de anagen o de crecimiento por lo que la mayoría de las mujeres notan un pelo más vigoroso y denso. Este hecho revierte en el puerperio donde se suele producir una caída intensa entre el primer y el quinto mes tras el parto.
.- Cambios en las uñas: Aumenta la velocidad de crecimiento de las uñas. Éstas pueden pigmentarse e incluso desde épocas tempranas en el embarazo se vuelven frágiles y quebradizas. Algunos han atribuido estos cambios a la ferropenia o disminución de hierro, frecuente en el embarazo.
.- Cambios vasculares: En el embarazo se produce un aumento del volumen sanguíneo, dilatación vascular, aumento de la permeabilidad capilar y neovascularización. Estos cambios son responsables de que aparezca edema (hinchazón) de manos y de pies, eritema palmar (enrojecimiento de las palmas de las manos), varicosidades y angiomas en forma de puntos rubí o arañas vasculares, especialmente en el tercer trimestre. Suelen regresar después del parto.
.- Acrocordones o fibromas blandos: Son pequeñas pápulas pediculadas que aparecen en los pliegues del cuello, axilas o zona submamaria, a partir del segundo trimestre. Muchos desaparecen tras el puerperio.
CUIDADO DE LA PIEL EN EL EMBARAZO
Con todo ello, la doctora Trasobares enumera una serie de consejos sobre la piel que debe seguir toda mujer embarazada: "En general se aconseja evitar tóxicos como el tabaco al que la piel es muy sensible, realizar una dieta adecuada y evitar un aumento excesivo de peso".
Recuerda también que la piel no es impermeable y que muchos de los productos que aplicamos sobre ella pueden pasar a la sangre y de ahí al feto. Por ello, ve aconsejable utilizar sobre la piel exclusivamente medicamentos y cosméticos adecuados para el embarazo.
Para evitar las manchas faciales ve preciso evitar la exposición prolongada al Sol y emplear un fotoprotector con factor de protección elevado (50). En cuanto a la prevención de las estrías, la experta del Hospital Universitario Príncipe de Asturias (Alcalá de Henares, Madrid) aconseja mantener un peso adecuado y emplear cremas específicas desde el inicio del embarazo: las que más eficacia han demostrado han sido las que contienen centella asiática y ácido hialurónico.
"En cualquier caso recordar que la mayoría de las alteraciones cutáneas descritas desaparecerán en un plazo de 6 meses a 1 año. Si permanecen posteriormente pueden tratarse de manera específica por su dermatólogo", sentencia la doctora Lidia Trasobares.