MADRID, 29 Jul. (EDIZIONES) -
El fotoprotector solar dicen que es el mejor producto antienvejecimiento, pero también la mejor herramienta para proteger a nuestra piel; y es que el daño que el sol produce sobre la misma impacta a distintos niveles. Y no hay que olvidar que su uso es ya imprescindible todos los días del año, no sólo aquellos en los que vayamos a exponernos frente al sol.
Es por ello por lo que entrevistamos en Europa Press Infosalus a la doctora Agustina Segurado, jefa de sección de Dermatología del Hospital Universitario del Sureste de Madrid (Arganda del Rey), quien nos detalla los principales puntos en los que debemos fijarnos cuando vamos a comprar una crema de protección solar.
En primer lugar precisa que, dentro de las cremas con protección solar, hay dos tipos: los protectores solares, y las cremas con protección solar. En este último caso, se trata de un producto más cosmético, como podría ser una crema hidratante con ácido hialurónico y con protección del 50, es decir, una crema hidratante a la que añaden el filtro solar, que protege sobre todo ante la radiación ultravioleta (UV) B, y que luego pueda tener otros principios activos como los antioxidantes, la vitamina C, por ejemplo; que igualmente pueden ayudar en la protección frente al sol.
LOS FOTOPROTECTORES SOLARES
Pero como tal, el protector solar, detalla la doctora Segurado, representa a un conjunto de filtros solares, "un producto más ‘medicamento’ para los dermatólogos", y que necesita haber cumplido una regulación europea ‘ad hoc’, el método ‘COLIPA’, y que rige unos determinados exámenes y estándares de calidad.
En concreto, el factor de protección solar (SPF) se refiere al número de veces que el fotoprotector aumenta la capacidad de defensa de nuestra piel frente al daño solar, y en Europa la manera que tenemos de determinarlo es a partir de COLIPA. En Estados Unidos, por ejemplo, lo determina la conocida FDA. El SPF ‘alto’ es del 30,40, y 50; y ‘muy alto’, a partir de 50.
"Un protector solar debe ser un producto que proteja frente a todos los rayos del espectro solar, no sólo el ultravioleta B (UVB), que es la que quema, sino también frente a la UVA (provoca alergias y envejece), y también frente a la luz visible y, en concreto, frente al espectro de luz azul que contribuye al fotoenvejecimiento", especifica esta especialista del Hospital Universitario del Sureste.
De esta manera, aconseja que frente al verano, o una exposición solar más intensa, o porque nuestra piel tenga problemas, tiene más sentida utilizar estos últimos, un protección solar como tal.
PROTECCIÓN ALTA, SIEMPRE
En cuanto al índice de SPF, primero tiene que buscar protectores solares que se sitúen en la gama de los altos (30,40,50), para no dejar a nuestra piel desprotegida; y lo que hizo el método COLIPA de regulación europea para no confundir a los consumidores es poner el ‘SPF 50+’, más allá de todo lo que había, según explica.
Aquí advierte de que la denominación del SPF100, o del ‘sunblock’, del protector total, da una falsa sensación de seguridad porque el protector solar "no es una pantalla total", sino que deja pasar algún porcentaje de los rayos solares. A su juicio, esto lleva a veces a la confusión de que si contamos con un fotoprotector de estas características estemos más protegidos y aumentemos las horas de exposición solar, cuando la protección solar, aparte de usar el fotoprotector solar, tiene que conllevar medidas como exponerse gradualmente y no hacerlo muchas horas seguidas, ni en horas centrales.
A la hora de la verdad, un protector SPF de 30 protege frente alrededor del 93% de los rayos solares, señala esta doctora, mientras que un SPF del 50 un 97%, "una diferencia no muy sustancial", pero si tienes una persona delante con problemas relacionados con el sol, o que toma un medicamento fotosensible interesa protección máxima porque siempre algo de luz va a pasar.
"SPF 100 no significa que proteja al 100%, lo hace al igual que el SPF de 50. SPF 50 y 50+ sustancialmente significa que ese protector (+) es un poco más completo, aunque apenas entre uno y otro puede haber un 1% de diferencia", precisa.
¿PARA NIÑOS MEJOR CREMÁS PEDIÁTRICAS?
Por otro lado, preguntamos a esta dermatóloga si, en el caso de los menores, lo idóneo siempre es escoger aquellas cremas con fotoprotección solar específicas para los niños. Esta doctora recuerda que los menores de un año no deben exponerse a la luz del sol, y a partir de entonces, filtros minerales o físicos por su piel inmadura.
Es también importante en los niños, a juicio de esta experta, que los fotoprotectores solares sean extra resistentes al agua, porque en los menores es muy importante la replicación de la crema y la ventaja de estas cremas que el protector solar permanece en la piel, y en un alto porcentaje de casos tras baños prolongados.
DIFERENTES TIPOS DE FILTROS
Aquí, la doctora Segurado matiza que en el caso de las cremas con fotoprotección solar hay diferentes tipos de filtros: físicos (son los filtros minerales, que son más espesos, o como una pasta, y actúan reflejando la radiación solar), químicos (los que absorben la luz UV y pueden aportar una sensación de calor en el cuerpo porque producen una reacción química); y después se encontrarían los filtros orgánicos (mezcla de los dos, y que absorben y reflejan la radiación). "Ahora la tendencia, y mucho por lo eco, son los filtros minerales", apostilla.
Para que un protector solar proteja lo que dice la etiqueta la OMS recomienda aplicar dos gramos por centímetro cuadrado; esto es, según precisa esta especialista, es una raya en la palma de la mano, desde el dedo índice hasta la muñeca, es la dosis estándar, y aplicar una raya en la cara, en cada brazo, "y a lo largo de una semana se debería gastar un bote de protección de 200 mililitros".