MADRID, 7 Mar. (EUROPA PRESS) -
El dermatólogo de la Unidad Láser y de Malformaciones Vasculares del Hospital Ruber Internacional y de Clínica Dermatológica Internacional (CDI), el doctor Ignacio Sánchez-Carpintero Abad, precisa que en la consulta dermatológica son motivo muy frecuente de ver dos tipos de manchas: los lentigos solares y el melasma.
"Los lentigos solares son manchas habitualmente circulares, de menos de un centímetro, con una tonalidad marrón, distribuidas en zonas fotoexpuestas como la cara o el dorso de las manos. Suelen aparecer a partir de los 40 años", explica.
Por otro lado, el melasma es otro tipo de mancha que aparece en la cara de mujeres en edad fértil. Suelen ser manchas marrones difusas de gran tamaño, distribuidas de forma simétrica afectando las mejillas, zona central o lateral de la frente y piel del labio superior. "Estas manchas típicamente aparecen en relación con cambios hormonales, durante el embarazo o en pacientes que toman anticonceptivos", subraya.
Las manchas en la cara pueden producirse por un aumento de melanina o bien por una proliferación de los melanocitos, células responsables de la producción de melanina, sustancia natural que da color a la piel, al cabello o al iris del ojo, y que también ayuda a proteger la piel del sol.
El doctor Sánchez-Carpintero Abad también asegura que las pieles que tienen más tendencia a desarrollar las manchas son las claras, conocidas como fototipos bajos, pero se pueden ver en todos los tipos de piel incluida la raza negra. "También se ven con más frecuencia en personas que viven en zonas donde hay una exposición a la radiación solar mayor", afirma.
Existen muchos tipos de manchas, algunas de ellas congénitas o determinadas genéticamente, como, por ejemplo, las "manchas café con leche" que se ven desde el nacimiento o en los primeros años de vida, indica el dermatólogo. Otro tipo de mancha son los lunares, a veces de gran tamaño, conocidos como nevus melanocíticos. "Estos pueden aparecer al nacer o bien pueden ser adquiridos y desarrollarse a lo largo de la vida, habitualmente en las primeras décadas", asevera el doctor Sánchez-Carpintero.
Las queratosis seborreicas también son frecuentes, según el especialista, estas lesiones, a diferencia de los lentigos solares, suelen ser sobreelevadas. "Se deben distinguir de los lentigos, de los nevus o lunares e incluso pueden confundirse con tumores malignos como el melanoma o los carcinomas basocelulares pigmentados", aclara.
Para evitar la aparición de determinados tipos de manchas, como los lentigos o el melasma, el doctor recuerda la importancia de "evitar la exposición al sol" ya que, tanto los lentigos solares como el melasma están muy relacionados con este factor desencadenante. La utilización continua y repetida de fotoprotectores es otra de las recomendaciones.
La aplicación de cremas, en el caso de lentigos solares, tiene una eficacia limitada y apenas se consiguen aclararlos. Todo lo contrario, en el caso de melasma que sí se puede apreciar una mejor respuesta con la aplicación de productos cosméticos que contengan compuestos con efecto o acción despigmentante, directa o indirecta, como la hidroquinona, el ácido kójico, el ácido azeilaco, el ácido tranexámico y el ácido retinoico.
El dermatólogo recomienda que la pauta de aplicación va a depender del tipo de mancha que se trate. "En muchos casos, para obtener una mayor respuesta terapéutica, es necesario aplicar una crema que combine varios de los compuestos anteriormente mencionados. La frecuencia de aplicación va a depender de la concentración del compuesto, del grado de tolerancia de la piel o del tipo de mancha", sostiene el doctor.
Pero cuando la cosmética no da los resultados deseados existen sistemas eficaces como los dispositivos láser o la luz pulsada intensa o IPL, o el láser tulio de baja potencia, entre otros, que actúan en los estratos cutáneos superficiales. "El tratamiento con láser en el caso de los lentigos solares es muy eficaz y se consigue eliminarlos habitualmente con dos o tres sesiones", destaca el doctor.